Si el lunes dimitía Víctor Gálvez como presidente del Real Murcia para dejar paso a un consejo de administración provisional que va a presidir el doctor José María Almela, ayer martes a primera hora de la mañana, Mauricio García de la Vega recogió el guante que le lanzaron los nuevos gestores y se presentó en Nueva Condomina con una serie de documentos. Entre los mismos, una resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) y otra del Consejo Superior de Deportes (CSD) que acreditan que el mexicano es el máximo accionista de la centenaria entidad con el único propósito de que se le inscriba en el libro de socios como dueño de la mayor parte del paquete accionarial, algo que se le viene negando de manera constante desde la llegada en el mes de abril de Víctor Gálvez y todo su séquito de colaboradores.

«Las personas que han entrado al nuevo consejo son profesionales del Derecho y seguro que cumplirán con su cometido, que no es otro que ajustarse a la legalidad. Lo que sí está claro es que hasta que yo no presida el consejo seguirá habiendo un conflicto entre las dos partes. Hasta que no tenga más información no puedo opinar nada sobre lo que hayan hecho los anteriores gestores». Con estas palabras, García de la Vega confirmaba a la salida del estadio que no se va a quedar sentado tras la marcha de la familia Gálvez y que va a seguir dando pasos en una sola dirección, recuperar el control del club. Lo que sí hizo el lunes por la noche el norteamericano fue moverse rápido. Si uno de los nuevos miembros del consejo, Enrique López, justificaba que la ampliación de capital seguía adelante porque ellos no tenían constancia de ninguna impugnación, este diario publicó en la misma noche del lunes un documento que acredita que el 24 de octubre se impugnó la mencionada junta en la que se aprobó la ampliación, lo que ahora abre un debate incluso legal.

Mauricio no solo llevó las resoluciones del TAD y del CSD, ya que también le aportó a los nuevos dirigentes de Nueva Condomina la Escritura Pública de Compra y distintos recortes de prensa en los que algunos de los actuales consejeros confirmaban la figura del mexicano como el máximo accionista de manera «legal». En las oficinas del estadio grana no se encontraba ninguno de los miembros del actual consejo, pero en cualquier caso todos los documentos quedaron registrados y a buen recaudo a la espera de ver qué paso decide dar ahora un consejo que, ahora sí, ya sabe que la gente no va a acudir a una ampliación de capital que está impugnada y en la que nadie se va a arriesgar a perder dinero estando, encima de todo, avisados.

La visita de Mauricio a Nueva Condomina y el hecho de que le abrieran la puerta fue casi histórico, ya que desde que los Gálvez se atrincheraron en el club allá por el mes de abril se le ha prohibido la entrada al club de todas las maneras posibles. Ayer no tuvo problemas para cruzar la famosa puerta con el marco rojo que permite acceder dentro del estadio y ahora está obligado a esperar a ver qué hacen con la pelota los nuevos responsables de todo lo que se haga en el Real Murcia. Junto a José María Almela como presidente, el consejo grana está formado desde el lunes por la tarde también por Stefan Settels, Enrique López, Gabriel Torregrosa e Higinio Pérez.

En cualquier caso, el movimiento del murcianismo contra la insoportable gestión de Víctor Gálvez dio sus frutos el lunes, ya que a la tercera consiguieron que el empresario de Orihuela terminada por dar su brazo a torcer y asumiera su salida de una entidad en la que los jugadores tienen pendientes de pago los tres primeros meses de competición y los empleados hasta seis mensualidades pendientes.

Ayer intervino el delantero Chumbi, quien debutó el pasado domingo ante el Recreativo Granada tras un año inactivo por dos desgraciadas lesiones, pasó por sala de prensa para explicar que el vestuario «ya dejó claro lo que pensaba, puesto que para seguir solo a base de mentiras es mejor que haya entrado otra gente y vamos a dejarle un tiempo para dejarles trabajar y confiar en que todo se solucione».