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Tras siete meses en el Real Murcia, la palabra de Víctor Gálvez cada vez tiene menos valor. Como se ha visto en cada una de sus intervenciones públicas y en sus decisiones, el presidente grana puede apostar hoy por una cosa y al minuto siguiente decir lo contrario. Eso le ha vuelto a pasar este fin de semana. Si el pasado jueves dio por cerrada su etapa en Nueva Condomina, comunicando a Raúl Moro que hoy dimitiría; en el día de ayer, y después de que este medio, entre otros, adelantara la noticia, el alicantino dio marcha atrás. No solo eso. Por la noche, aprovechaba una entrevista televisiva para decir que esta tarde no habría ninguna reunión con Francisco Tornel. El notario, que había dedicado el domingo a preparar la cita, se enteraba a través de la pantalla del plantón.

En ese encuentro, que habrá que ver si finalmente se celebra o no, Víctor Gálvez había prometido que dimitiría de su cargo, al igual que sus consejeros. Esta idea la trasladó el viernes en una reunión que tuvo con Tornel y otros integrantes de la Plataforma de Apoyo al Real Murcia. El oriolano no solo confirmó su marcha sino que además puso en manos del notario el club, asegurando que hoy lunes se llevaría a cabo el traspaso de poderes. Tanto él como sus cuatro consejeros renunciarían a los cargos y el murciano y cuatro personas de su confianza tomarían el control del club.

Todo estaba hablado. De hecho, Tornel lo daba por seguro. El mismo viernes avisaba a gente de su confianza de que «el martes cojo el club». Todos los movimientos del notario han sido realizados de manera independiente, sin contar con el apoyo de la Plataforma de Apoyo al Real Murcia. Tal y como publicó ayer este diario, el compromiso verbal era que el nuevo consejo entraría por cooptación, una fórmula que permite de forma provisional cubrir las vacantes que se producen antes de tiempo. Posteriormente todos los movimientos tendrán que ser apoyados en una junta de accionistas.

En la entrevista televisiva de ayer, Gálvez también dijo que entre el martes y el miércoles entrará una fuerte inyección económica a la ampliación de capital a través de un fondo de inversión. Y que utilizará ese dinero de manera inmediata para realizar los pagos de nóminas. Confirmando además que la cuenta de la ampliación no está a nombre de un notario, por lo que puede sacar el dinero cuando quiera.