Aunque Víctor Gálvez aterrizó en Nueva Condomina alardeando de «músculo financiero», la realidad es que los impagos por distintos alquileres también están a la orden del día para el nuevo consejo de administración, que entre unas cosas y otras ha permitido que el caso de la vivienda que ocupó el delantero Chrisantus esté en los juzgados al sentirse «engañado» el propietario después de cuatro mensualidades pendientes a razón de unos 700 euros mensuales. Asimismo, el club, en un contrato que fue firmado el 17 de marzo de 2017 por Deseado Flores y el otro propietario para alquilar un piso en El Ranero para algunos jugadores del Imperial, también tiene pendiente el pago de tres mensualidades a razón de 550 euros al mes.

El propietario de la vivienda que ocupó Chrisantus, José Antonio Navarro, ubicada en la zona de Juan de Borbón, confirmó ayer los datos a este diario, al mismo tiempo que manifestó «sentirme engañado por el Murcia». «Me reuní con Toni Hernández y me lo pintaron todo muy bonito, pero nos engañaron tanto a Chrisantus como a mí. Esa es la única realidad. Claro, al final yo he tenido que demandar al jugador por impagos, pero me mintieron porque previamente habíamos hablado otra cosa», explicó Navarro a esta redacción muy dolido con cómo se ha comportado el club con este tema en concreto.

El otro inmueble que va a llevar a la entidad a los juzgados es un piso de dos habitaciones situado en la zona de El Ranero y que fue alquilado, en principio, para dos jugadores del Imperial, de Tercera División. El propietario del apartamento, Francisco Javier del Río, confirmó también ayer a La Opinión que tiene pendientes de cobro y denunciado en los juzgados tres meses pendientes de pago ante los que «nadie ha dado la cara». Sus abogados ya han interpuesto la pertinente demanda y en principio Del Río está a la espera de una llamada para, primero, llevar a cabo un acto de conciliación.

Como cada día que pasa aparecen nuevas deudas contraídas bajo lo que iba a ser el gran músculo financiero de Víctor Gálvez, el público poco a poco ha dejado de creer, la plantilla está desanimada de manera comprensible y los rivales solo esperan que el equipo termine por bloquearse ante este tambaleo institucional para tratar de hincarle el diente al único equipo del Grupo IV que sigue invicto tras ocho jornadas disputadas, a pesar de todos los problemas extradeportivos.