El UCAM Murcia CB quiso dejar claro ayer que lo ocurrido el domingo en Vitoria fue un accidente. Un contratiempo grave, al encajar una de las derrotas más abultadas de la historia del club, del que ha logrado recuperarse en un tiempo récord. La herida no está del todo cerrada, pero el carácter y el orgullo mostrado en Rusia ante el Nizhny Novgorod (51-72) se conviertieron en el mejor remedio para continuar por la senda marcada hasta entonces. Porque en lugar de quedarse llorando debajo de las sábanas, el equipo murciano saltó de la cama con el cuchillo entre los dientes -provocando numerosas pérdidas a sus rivales- y dispuesto a demostrar que a base de golpes también es capaz de hacerse más fuerte. «Espero que sea el comienzo de un estilo que no perdamos, pero a veces el fracaso es la mejor enseñanza. Nosotros sufrimos un varapalo importante y en esta vida hay que aprender cuando las cosas salen mal», explicó Javier Juárez al término del choque de ayer.

Y es que el UCAM no firmó su mejor partido de la temporada. Pero volvió a encontrarse a sí mismo. Trabajó su tercera victoria consecutiva en la fase de grupos de la Champions League desde la defensa, peleó cada rebote, se dejó la piel por cada balón y, después de eso, se permitió sacar parte del brillo que todavía tiene escondido en ataque para rematar a un Nizhny Novgorod que con casi total seguridad será un rival directo en el pase a las eliminatorias. En un encuentro en el que tuvieron que bajar al barro varias veces y que hasta el último cuarto no llegaron los mejores porcentajes de tiro, los universitarios volvieron a dominar el rebote hasta tal punto que equilibraron las capturas ofensivas (21) y defensivas (22) para sumar un total de 43. El pívot Kevin Tumba, con diez, destacó en esta parcela junto a Soko y Delía; y volvió a dar solidez al equipo desde el inicio. Juárez volvió a apostar por Charlon Kloof en el quinteto inicial junto a Doyle, Rojas, Soko y el interior belga. Y lo cierto es que eso ayudó a levantar el bloque que acabó tumbando al conjunto ruso después de que Damjan Rudez y Brad Oleson se quedasen fuera de la convocatoria de nuevo.

El UCAM recuperó desde el inicio la versión defensiva que se echó en falta ante el Baskonia y maniató al Nizhny Novgorod hasta tal punto que en los primeros compases sumó cuatro robos. Kloof ayudó a liberar al UCAM en ataque con dos acciones calcadas -marca de la casa desde la media distancia- y Soko, desde el tiro libre, puso por delante a los murcianos (3-6). Los de Javier Juárez recuperaron sensaciones, aprovecharon su físico para obtener canastas a campo abierto y desquiciaron al combinado ruso en el primer cuarto. Las rotaciones también funcionaron y un alley-oop de Booker para Delía, junto a las brillantes acciones de Cate en la pintura, cerraron los primeros diez minutos (10-19).

Sin embargo, pronto llegarían los primeros nubarrones. El entrenador universitario se vio obligado a tener cortar la sangría con el primer tiempo muerto tras un parcial de 6-0. Las dudas continuaron hasta tal punto que el Novgorod logró dominar el marcador (20-19) tras una crisis ofensiva en la que el cuador murciano estuvo sin anotar casi cinco minutos. Con los nervios llegaron las precipitaciones, pero Doyle consiguió romper la mala racha y, desde el tiro libre, el UCAM se mantuvo al a estela de Novgorod. Soko volvió a poner por delante a los murcianos, y con un tapón del británico se llegó a un descanso en el que la mejor noticia fue que los universitarios supieron gestionar sus altibajos (27-27). En el tercer cuarto ofreció una imagen más compacta que le permitió dominar el rebote y Kloof se tuvo que retirar al banquillo durate unos minutos por unas molestias en el tobillo. Con Booker sobre la pista llegó la máxima ventaja para los visitantes (32-42) después de que Urtasun lograse el primer triple del UCAM. No obstante, pese a que el Novgorod fue inferior durante esos momentos a su rival, consiguió seguir con vida (35-46).

Hasta que apareció Doyle. El norteamericano, con tres triples consecutivos, dio la estocada definitiva al partido y el UCAM, con la ventaja, comenzó a soltarse la melena en ataque (44-60). Kloof regresó a pista, Booker estuvo mucho más suelto y Doyle siguió a lo suyo hasta sumar un total de 18 puntos. La plantilla murciana se puso el mono de trabajo y después tuvo tiempo de quitarse el mal sabor de boca (51-72).