Todo lo que el UCAM Murcia CB había construido sobre la pista en los últimos años, se desplomó ayer en tan solo unos minutos. El conjunto universitario sufrió una de las peores derrotas de su historia en la ACB (93-49), y lo peor es que desde el principio ya se percibía que se iba a luchar por no hacer el ridículo. Si en las últimas temporadas se había encontrado una identidad en el juego, con la defensa como principal bandera, y el orgullo de caer -cuando tocaba- con la cabeza alta, ayer en el Buesa Arena se perdió todo eso. Abatido. Sin fuerzas ni carácter para devolver los golpes. Desorganizado sobre el parqué del subcampeón de la Liga Endesa y destapando todas sus carencias a la vez. El UCAM volvió a escribir uno de sus peores episodios llegando a rozar los cincuenta puntos de desventaja cuando ya estaba casi acostumbrado a buscarle las cosquillas a rivales como el de ayer.

La irreconocible fragilidad defensiva que la plantilla de Javier Juárez mostró ante el Baskonia y la prolongación de una dirección de juego que todavía sigue sin encontrar fluidez para hacer funcionar toda la maquinaria se agravaron en un UCAM que solo estuvo físicamente en Vitoria. Porque desde el salto inicial demostró tener la cabeza en otro sitio. La variación del técnico aragonés en el quinteto inicial, con la entrada de Booker en lugar de un Kloof que en las últimas fechas siempre partía de inicio, y un Sadiel Rojas que viajó y saltó a la pista a pesar de las molestias que arrastra en su codo desde la pasada semana, provocaron un cortocircuito en los planes del equipo murciano, que pronto quedó en evidencia tras el parcial de 11-0 con el que el Baskonia abrió el partido.

A partir de ahí, una serie de errores en cadena y la preocupante falta de concentración del equipo acabaron con todas las posibilidades de victoria para los visitantes frente a un rival que olió el miedo desde el principio y que no aflojó hasta el último cuarto para reivindicarse de sus heridas en la Euroliga. Algunos jugadores universitarios decidieron por momentos hacer la guerra por su cuenta, en lugar de intentar taponar una herida que no paraba de sangrar. Juárez mantuvo su idea de conservar en la pista a las mismas piezas del inicio, hasta que las dos faltas de Ovie Soko provocaron los primeros movimientos. No fue suficiente, apenas se había consumido unos minutos del reloj y ya no había marcha atrás. La inoperancia del UCAM sobre la pista se contagió a todos sus efectivos y tan solo las ganas de Cate fueron la única nota positiva de un partido que los aficionados tardarán mucho tiempo en olvidar.

Porque el equipo murciano quería utilizar este partido para acabar con todas las dudas, pero cuarenta minutos después se multiplicaron. No se pudieron corregir los errores mostrados hasta ahora en la Liga Endesa y deberá ser capaz de ponerse el mono de trabajo para recoger todo el escombro y levantar el muro de antaño. Las constantes pérdidas durante el primer cuarto (8), casi una por minuto, fueron aprovechadas por un Baskonia que apenas falló en los lanzamientos. Un 6/6 en triples terminó por paralizar a los universitarios, quienes tan solo fueron capaces de obtener canastas a cuentagotas por mediación de Doyle o Booker. Shengelia, desde el tiro libre, puso la máxima hasta entonces ventaja con 19 puntos de distancia, y un triple de Doyle cerró un decepcionante primer cuarto para un UCAM irreconocible en defensa (32-12).

El segundo capítulo del encuentro no fue mejor y los constantes problemas visitantes engordaron un ya sonrojante marcador. El equipo universitario seguía sin aparecer en un partido que se complicó todavía más con las tres faltas de Cate y Soko, que dejaban en evidencia la superioridad en el juego interior de los locales (49-20). Cinco puntos consecutivos de Rojas maquillaron algo el luminoso antes del descanso, aunque Shengelia cerró la primera mitad (55-27). El UCAM inició la segunda parte más voluntarioso y con mayor intensidad en defensa, sin embargo, el guión fue el mismo. Los universitarios estuvieron dos minutos sin anotar y la sangría del Baskonia llegaba también por dentro con 24 puntos desde la pintura y diez de Diop. Los de Juárez ya eran un juguete roto en manos del Baskonia y tras un parcial de 14-6, solo la garra de Cate mantenía la diginidad del UCAM. El último cuarto fue un puro trámite y los murcianos, en el tramo final, realizaron ataques alocados y a la desesperada frente un Baskonia que ya jugaba con la reserva (93-49).