El histórico UCAM Balonmano Murcia cabalga de nuevo esta temporada en la segunda categoría nacional femenina. Tras unos años donde tuvo que renunciar a participar en la División de Honor Plata por problemas económicos, la entidad dio un paso atrás para tomar de nuevo impulso. Y lo consiguió cuando al final del pasado curso logró de nuevo el ascenso y asentó los cimientos del proyecto de balonmano femenino con más solera de la Región.

Bajo la dirección del técnico Javier Gálvez, una plantilla donde se combina la juventud con la experiencia afronta la temporada del regreso con el único objetivo de lograr la permanencia. «Empecé hace seis años con este mismo equipo femenino, cuando descendió, y lo hice con el reto de volver a ascender a Plata. Tuvimos que renuncia por cuestiones económicas, pero al final lo hemos logrado gracias a la perseverancia, ya que los equipos de balonmano, y más los femeninos, tenemos muy poco apoyo», afirma el joven técnico murciano de 37 años de edad.

El equipo mantiene la base de otras campañas, aunque gracias a las becas de estudios concedidas por su patrocinador principal, la Universidad Católica San Antonio, se ha podido reforzar con Coral Ramos, que procede del Adesa Córdoba, o la canaria Joseline Álvarez. Desde el San Lorenzo, de Puente Tocinos, un club que esta temporada cuenta con su equipo masculino en Primera Nacional por primera vez en su historia, ha llegado un grupo de jugadoras juveniles como María Gabarrón, María José Cutillas y Nerea García. Junto a ellas continúan una veterana como Ana Cano Martínez, una institución. La guardameta de 39 años, licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, ha decidido volver a ponerse en la portería «para echar una mano al equipo y aportar toda su experiencia, que para nosotros es muy importante por la gran cantidad de jugadoras jóvenes que tenemos», dice el entrenador. Asmaa Belguenani, Clara Alfaro, Elena Crespo, Julia López, Marina Romero, Marta Pastor, Olga García, Paula Carmona, Richlove Abdulahi y Sandra García Tomé completan un equipo, compuesto en su totalidad por universitarias que juegan al balonmano de forma amateur, que tiene como «objetivo evitar el descenso. Volvemos a ser nuevos en una categoría que está muy igualada, pero poco a poco iremos mejorando y le cogeremos el pulso», puntualiza Válvez. En este arranque liguero, el UCAM Balonmano Murcia, que disputa todos sus encuentros en el pabellón San Basilio, ha logrado dos victorias en cinco jornadas, la última de ellas el pasado fin de semana en casa frente al Santagadea Sanse (26-25). Mañana visita al Adesal Córdoba, que es cuarto clasificado con 4 victorias y una sola derrota.

Debido a la condición de amateur del equipo, los entrenamientos los tienen que desarrollar por las noches, intentando adaptar los horarios de estudios de las jugadoras. El club dispone del pabellón San Basilio de lunes a viernes, donde también está ubicada la escuela y el resto de equipos federados del club. Pero una de las grandes dificultades que encuentra la entidad es captar chicas para jugar al balonmano. «El porcentaje de mujeres es bastante bajo en nuestro deporte, afirma Gálvez, quien admite que «nuestra cuenta pendiente es tener una base más amplia».