Veinte días después de iniciarse la ampliación de capital con la que Víctor Gálvez pretende ingresar dieciocho millones de euros en las arcas del Real Murcia, poco o nada se conoce de un proceso que el consejo de administración vendió como la única alternativa válida para reestrablecer el equilibrio patrimonial de la entidad. Aunque todo eran alabanzas por parte de Víctor Gálvez cuando anunció que impulsaría esta medida, desde el órgano de control del Real Murcia no se ha movido ni un dedo animar la venta de acciones, hasta el punto de que la ampliación de capital ha caído completamente en el olvido. No busquen en la cuenta oficial de Twitter del club ni en la página web ni en los videomarcadores de Nueva Condomina, ni en la cartelería de la ciudad, ni en los escaparates de comercios o bares..., porque en ninguno de esos sitios encontrarán ni un simple anuncio de un proceso en el que ni en las oficinas del estadio confían.

Pese a la necesidad de involucrar al murcianismo y a las empresas, como tantas veces se ha escuchado a los responsables del club grana, veinte días después de que comenzase la ampliación de capital, los 111.000 seguidores que el Real Murcia tiene en su cuenta de Twitter, por poner un ejemplo, no han recibido en sus móviles ni un tuit en el que se les anime a adquirir acciones. Los más de seis mil accionistas que cuenta el club, por su parte, apenas conocieron el inicio del proceso por una nota que se puso en la web oficial de la entidad el 24 de septiembre. A partir de ahí, silencio.

Aunque la ampliación está condenada al fracaso al ser impulsada por un consejo de administración desacreditado, como reconoció el TAS y el CSD al renococer a Mauricio García de la Vega como dueño del 84% de las acciones del Real Murcia, desde el equipo de Víctor Gálvez tampoco han hecho nada para dar credibilidad al movimiento. El oriolano, que llegó a Nueva Condomina gracias al golpe de estado dado por Deseado Flores y Miguel Martínez, aliados de Raúl Moro, ni siquiera ha realizado una rueda de prensa para presentar la ampliación en la que se pretende recaudar dieciocho millones de euros, pero que está capado a grandes inversores -los no accionistas solo podrían invertir un máximo de 12.500 euros-.

Teniendo en cuenta los resultados de la ampliación de capital de 2016, que solo se 'salvó' gracias a los 400.000 euros puestos por Raúl Moro, la palabra fracaso giraba alrededor del nuevo intento de Víctor Gálvez, de hecho a falta de una semana para que acabe la primera fase -solo para accionistas-, la cantidad recaudada hasta el momento es insignificante. El 26 de noviembre comenzará un segundo periodo también dirigido a accionistas, mientras que quince días después podrá participar cualquier persona o sociedad, aunque con un máximo de 12.500 euros.

En la venta de acciones impulsada por el consejo de administración de Abarca se recaudaron casi seiscientos mil euros, una cifra que apenas sirvió para tapar agujeros. Y eso que en 2016, a diferencia de hoy, tanto el presidente como su equipo hicieron una campaña publicitaria que llevó la ampliación de capital a las calles de Murcia. El Moneo era el lugar elegido para llevar a cabo la presentación de todas las fases de un proceso que el propio abogado murciano llevó a muchas empresas, sin obtener el éxito esperado.