Ansiedad, mal planteamiento, infortunio o todo a la vez. Lo que le pasa al FC Cartagena en casa esta campaña nunca antes le había sucedido a cualquier equipo de este club en temporadas precedentes. El arranque es desolador: tres derrotas en cuatro partidos. En la historia de esta entidad no se habían fraguado unos datos tan demoledores, que le hacen perder pie respecto a sus antecesores y además, vuelven a surgir las dudas del equipo tras ocho jornadas disputadas.

El bloque albinegro caía con todo merecimiento el domingo ante el Melilla, pero antes también lo hizo ante el Granada B y contra el UCAM Murcia, tres equipos que están en la zona de play off.

Al equipo le está costando demasiado dar la cara en casa, ante su público, la mayoría de las veces entregado. El entrenador cree que puede existir cierta inquietud entre los jugadores por tratar de ganar y hacerlo bien delante de su afición. Reconoce, además, que el pasado reciente del club, con el título de campeón del año pasado y la fase por el ascenso, es, en cierta medida, una losa al convertirse en el termómetro del equipo jornada tras jornada.

Las expectativas son tan grandes como las del año pasado, a pesar de que este plantel sea prácticamente nuevo de una campaña a otra. El entrenador asumió un reto complejo por el fondo y por la forma y se está encontrando muchos obstáculos por el camino.

Al mal arranque liguero se le suma ahora la imagen del equipo en el Cartagonova. Ocho goles encajados en cuatro partidos y solo tres puntos de doce en disputa le han llevado a situarse en décima posición. Cuando todos creían que este bloque empezaba a remontar el vuelo, el líder de la categoría lo puso en su sitio con un segundo tiempo en el que mostró su incapacidad para reaccionar.

Con este tropiezo, el bloque cartagenerista se queda en tierra de nadie, a cuatro puntos de los puestos de promoción por el ascenso y a cuatro también del descenso directo. El hecho de que solo se hayan consumido ocho jornadas facilita mucho que si son capaces de ganar dos o tres partidos de forma consecutiva, como ocurrió anteriormente, vuelvan a tener opciones para subirse al carro de los que empiezan a destacar entre los candidatos.

En los tres partidos que ha ganado siempre se ha puesto por delante -Jumilla, Almería B y Malagueño-.

Los de Munúa no ofrecen capacidad de respuesta inmediata ante una adversidad, lo que empieza a lastrar las posibilidades de remontada.

Un gol recibido a domicilio

Consumida una quinta parte de la competición, solo hay un equipo como el Cartagena que haya perdido tres de cuatro en casa, es el Ibiza, que ocupa en estos momentos la antepenúltima posición en la tabla clasificatoria. Pero es el bloque albinegro, con diferencia, el que más veces ha visto su portería perforada en el Cartagonova, con ocho tantos. Este dato contrasta demasiado con los que ofrece el bloque cartagenerista a domicilio. De los cuatro partidos ha ganado dos, empatado dos y no ha perdido ninguno.

Solo ha recibido un tanto, ante el Jumilla, intrascendente porque el Cartagena ganó 1-3. Resulta paradójico lo de este equipo. A pesar del peso que tiene en la categoría, se siente más cómodo lejos de su campo y de sus siete mil abonados que en casa.

En las últimas cinco temporadas hasta en dos ocasiones el Cartagena sumó menos derrotas en su terreno de juego que las actuales. El año pasado con Alberto Monteagudo y en la 2013/2014 con Luis Tevenet en el banquillo, el equipo sumó solo dos derrotas en todo el año.

En la temporada 2015/2016 -Víctor y Monteagudo- el Cartagena acumuló tres derrotas mientras que en la campaña 2014/2015, cuando jugó el play off por el descenso, solo perdió cuatro en todo el año.