Los guardias de seguridad se han convertido en los últimos tiempos en igual o más protagonistas que los jugadores de la plantilla del Real Murcia. Tras su golpe de estado, Deseado Flores, Raúl Moro y Miguel Martínez convirtieron Nueva Condomina en un auténtico fortín, colocando a varios vigilantes en las puertas del estadio grana. La guinda del pastel llegó en la junta de accionistas del 11 de abril, donde los empleados de Dassegur recibieron órdenes de echar a los periodistas fuera del estadio y de evitar que Mauricio García de la Vega pudiese atender a los medios en el recinto municipal. Pero desde julio, Dassegur ya no trabaja en Nueva Condomina. El consejo de administración decidió romper con dicha empresa de seguridad, y lo hizo dejándoles una deuda pendiente de 100.000 euros.

Ahora, toda la vigilancia del estadio la lleva otra empresa murciana, concretamente la alhameña Seycu. Algunos de sus trabajadores ya estuvieron presentes en la junta del pasado 4 de septiembre. Tanto en la puerta por la que se impidió el paso a Mauricio García de la Vega como en el acceso a la sala de prensa donde se celebró la reunión había vigilantes. Estos también se encargan de la seguridad en los partidos que se celebran en Nueva Condomina. Incluso en agosto fueron llevados por Víctor Gálvez a Cobatillas cuando el TAS decidió a favor del mexicano.