Ana Carrasco Gabarrón era ayer una mujer inmensamente feliz. Sabe que ha hecho historia y ha marcado un hito. Socialmente es otro avance por la igualdad. «Ha enseñado a todos que el motociclismo no es solo de chicos», decía Marc Márquez, cuádruple campeón del mundo y actual líder del Mundial de MotoGP. «Su título es casi lo máximo que nos podía a pasar las mujeres en el motociclismo», apuntaba Paula Arévalo, responsable en la Federación Española de Motociclismo del deporte femenino. «Lo que ha conseguido Ana es algo muy grande, ya no solamente para ella y para la Región de Murcia, es de un calado mundial. Es la primera mujer que gana un campeonato mixto, ha cambiado la historia», señalaba Juanfran Guevara, el expiloto lorquino que ahora dirige una agencia de márketing desde donde se ha puesto en marcha el Club de Fans de la ceheginera.

Ayer, manteniendo esa pausa que le caracteriza, sin exteriorizar las grandes emociones vividas durante el fin de semana pasado en Francia, aterrizó en Madrid, donde fue recibida junto a Alejandro Valverde por el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, y la directora del Consejo Superior de Deportes, María José Rienda. Tiene claro que en el Mundial de Superbikes ha encontrado su sitio, que no quiere volver a atrás, al Mundial de MotoGP, donde estuvo durante tres años en Moto3. «Creo que en Superbikes he encontrado mi sitio y la gente que cree en mí y me da el material que necesito para ganar, y por ese lado no tengo ningún pensamiento de volver. Quiero crecer más en este campeonato y llegar a Superbikes, y si llega la oportunidad de ir a MotoGP me lo pensaría, pero estoy centrada al cien por cien en Superbikes», afirmó la murciana, quien ayer tarde viajó a Barcelona para asistir estos días a otros compromisos. Después de ganar el título de Supersport 300 con el DSJ Junior Team que dirige David Salom, quizás dé el salto el año que viene a 600, pero lo único que tiene claro es que «casi seguro que sigo en Kawasaki», avanzó.

«Antes no se podía concebir que una mujer ganase en un mundo de hombres y ella lo ha hecho realidad, triunfando en carreras y proclamándose campeona del mundo por un punto en un campeonato muy competitivo», apuntaba Juanfran Guevara, quien conoce a Carrasco desde que ambos eran niños e incluso fueron rivales en los circuitos.

«El título es una recompensa superimportante porque lo merecíamos», dijo Carrasco, quien añadió que «llevaba mucho tiempo diciendo que una mujer podía ganar el Mundial, pero las cosas hay que demostrarlas. Este ha sido mi primer año con un equipo de fábrica y eso me va a abrir muchas puertas para poder pelear por más campeonatos», indicó.

«Lo que ha conseguido ya supone un cambio. El éxito de Ana ha aparecido en todas partes y es un ejemplo porque pilotos que son referentes como Marc Márquez la han felicitado en sus redces sociales», apunta Paula Arévalo, quien aboga por la creación de un Mundial femenino de velocidad, «igual que hay en motocross», aunque admite que «me encuentro con chicas que no quieren competir solo con chicas, como María Herrera y Ana, ya que quieren tener las mismas posiblidades e igualadad de condiciones. Lo que me gustaría es que una chica tuviera la oportunidad de poder elegir», afirmaba la máxima responsable del motociclismo nacional.

Guevara, quien dejó el Mundial después de lograr un podio en Moto3, afirma que «las mujeres que se mueven en un mundo de hombres como el motociclismo tienen más puertas cerradas, menos gente les cree y es más complicado llegar. Ahora todos nos vemos reflejados en Ana y el título se viene para Murcia, pero el campeonato es solo de ella, porque se lo ha ganado ella sola», señaló.

«El cambio desde la victoria del año pasado en Portugal a ser campeona del mundo ha sido mucho. Esa victoria me abrió todas las puertas y me dio la oportunidad de competir con una moto de fábrica y el hecho de tener el apoyo de Kawasaki y el equipo el que he estado me ha dado la oportunidad de pelear por cumplir mi sueño de ser campeona del mundo», sentenció la murciana.