El FC Jumilla superó al UCAM Murcia en La Condomina tirando del propio manual universitario. Confiado y sin ambición sobre el campo, el conjunto que dirige Leonel Pontes bajó a la Tierra al de Munitis de un plumazo con una gran actuación colectiva de todo el equipo y un gol tan decisivo como postrero de Gregori (1-2).

Lo rocambolesco de la plantilla vinícola contrasta con la calidad de sus jugadores, y es que el Jumilla presumió de desparpajo y brindó una buena dosis de humildad a un UCAM que afrontaba el partido tras sumar cuatro victorias consecutivas. Necesitaban los de Munitis un triunfo más para igualar su mejor racha de siempre, pero no solo no fue capaz de ganar, sino que el Jumilla le pasó por encima en el primer tiempo y le hizo sucumbir en la orilla, cuando mejor estaban los universitarios en el campo.

No encontró el UCAM la lucidez en el juego en todo el primer tiempo, lo que unido a los calamitosos errores de Carlos Moreno o Kilian Grant en defensa, pusieron la victoria en bandeja al Jumilla. Los visitantes convirtieron en algo inocuo esa sensación de 'superioridad' en la posesión que el equipo de Munitis parecía tener. Pero con mucha chispa, velocidad y presumiendo de un físico del que el UCAM, por el momento, carece, superaron con una presión intensa a una agobiada línea defensiva local en múltiples ocasiones.

Dos escasos minutos necesitó el Jumilla para dar el primer aviso al meta Curro Harillo, quien volvió a ser titular a causa de la lesión de Germán Parreño. Tras una transición rápida, Bouba disparó desde lejos forzando la intervención de Harillo, y en el rechace, Peque disparó fuera.

Sin apenas tiempo de reacción, el césped de La Condomina, que ayer no lució el buen estado que acostumbra, también se convirtió en protagonista. El UCAM tenía serios problemas para circular el balón, una circunstancia que el Jumilla aprovechó durante el primer acto.

Titi, que estuvo especialmente desconectado durante los cuarenta y cinco minutos que disputó del partido ante su exequipo, marró la más clara del UCAM Murcia en el primer tiempo. No aprovechó un pase a la espalda de la zaga vinícola, disparando fuera de la portería defendida por Simón.

Pero, desde el minuto 15 hasta el descanso, el UCAM se derritió como la mantequilla al mínimo contacto con la sartén caliente. Con los jugadores de ataque sin atisbo de intervención, los universitarios intentaron sortear el buen hacer del centro del campo vinícola, bien sostenido por Manolo (otro ex UCAM) y bien dotado en las bandas por Peque y Bouba. Los dos extremos del Jumilla hicieron mucho daño a los laterales del UCAM, y disfrutaron, entre ambos, de cuatro llegadas claras en el primer tiempo.

Peque repetiría hasta en tres ocasiones en el partido la misma jugada, volviendo loco a un Kilian Grant que volvió a repetir en el lateral derecho ante la baja de Gurdiel y la falta de efectivos en esa posición. El experimento sí se pagó caro esta vez. En el 17', tras recibir en banda izquierda, Peque disparó fuera tras un buen lanzamiento con rosca. No cesó ahí el ímpetu del Jumilla, que tras otra buena recuperación tras presión en campo contrario, disfrutó en las botas de Ming Yang de otra oportunidad clamorosa: su potente y violento disparo se marchó rozando la escuadra.

Teniendo el control del balón, al UCAM encerrado en su campo, y sucediéndose las llegadas de peligro, era cuestión de minutos que el Jumilla rompiera la igualada inicial. A la media hora, Manolo estampó un gran lanzamiento de falta directa en el travesaño, lo que fue la premonición del gol del Jumilla.

Pero a los 35 minutos de juego, los experimentos defensivos de Munitis dieron el primer disgusto a la hinchada. Tras un saque de banda ejecutado de forma horrible por Kilian Grant, Bouba presionó ante un Carlos Moreno que estaba en un lío y al que su compañero terminó por dejar vendido. El lateral (aunque reconvertido a central) no llegó a la pelota ante el extremo del Jumilla, que encaró a Harillo. En el mano a mano, el meta del UCAM rechazó levemente, quedando el balón a placer para que Bouba marcase a la segunda.

La afición del UCAM no tardó en hacer notar su enfado. Ni las cuatro victorias consecutivas calmaron los pitos de un equipo que no hacía una a derechas y que se veía por detrás en el marcador de forma merecida. Pero es que ahí no quedó la cosa. La segunda de Peque volvió a poner de manifiesto los reflejos de Curro Harillo, al igual que Donovan, atacante visitante, no presumió de compañerismo al ceder un pase de la muerte cantado al propio Peque.

Antes del descanso, Simón dio un pequeño susto a su equipo al no atajar un centro llegado desde la izquierda por Migue García. En el rechace, Isi Ros se topó con la zaga del Jumilla, bien colocada para salvar el envite. El UCAM necesitaba el descanso como el aire, mientras que el Jumilla se retiraba con una mezcla de sensaciones: orgulloso por sus buenos minutos, y lamentando su falta de puntería.

Pero ni con el parón relajaron los de Pontes su idea de juego. Otra vez, en apenas ocho minutos, Bouba y Peque, los más incisivos, volvieron a llevar el 'uy' a la grada desde el borde del área. El primero disparó fuera por poco, y el segundo tuvo su tercera aparición para provocar otra parada más de Harillo.

El Jumilla seguía manteniendo a raya al UCAM, que solo gracias a Britos consiguió arreglar su mal partido. El centrocampista uruguayo, de lo más fiable de la plantilla universitaria, probó a Simón desde lejos para forzar el córner. En el saque de esquina, el uruguayo conectó de cabeza para mandar a la red un buen centro de Collantes.

Pero, pese a que el UCAM intentó sin éxito ni claridad achuchar sobre el área del Jumilla, y a que la posibilidad del empate sobrevolaba las mentes de todos los presentes, Carlos Moreno decidió tirar por tierra una vez más la opción de la igualada. Regaló el balón a Gregori en su campo propio, y desde su casa, el centrocampista del Jumilla disparó ajustado sorprendiendo a un Curro Harillo que se 'tragó' el chut de forma sorprendente. Un premio justo por el esfuerzo del Jumilla, y una dosis de realidad para un UCAM confiado.