Ya lo era por su excepcional longevidad deportiva y su extenso y destacado palmarés, pero este domingo Alejandro Valverde se ha ratificado como el campeón eterno, el corredor que siempre está, siempre aparece y lo hace para ganar.

Hasta 122 victorias suma Valverde (Las Lumbreras de Monteagudo/Murcia, 25-04-1980), las más relevantes la Vuelta a España de 2009 y la de Innsbruck.

La de este domingo fue la más buscada y la más deseada tras seis medallas anteriores de plata (2) y bronce (4) que no acababan de premiar como debían a un corredor que siempre entraba, entra y entrará en los pronóstico de cualquiera carrera como unos de los grandes favoritos.

Especialmente en pruebas de un día como las de Mundial de ruta, o como clásicas de la entidad de la Flecha Valona, que ha ganado cinco veces, la Lieja-Bastogne-Lieja, de las que suma cuatro, la Clásica San Sebastián, que ganó dos veces o del Campeonato de España en línea, en el que se impuso dos veces.

Por ganar, Valverde ganó hasta un Nacional de crono, especialidad en la que, aunque mejora según pasan los años, no es la suya.

Pero el 'Bala', el 'Rey de las Ardenas' o el 'Imbatido', algunos de los motes que ha merecido el 'Eterno', también destaca en las carreras por etapas, a pesar que siempre se ha considerado que no le van demasiado a sus cualidades.

En ellas suma ocho podios: seis en la Vuelta, uno en el Giro y uno en el Tour. Este último, también muy buscado, en 2015.

Además, Valverde fue cuatro veces corredor número uno del ránking UCI. Casi seguro cinco si refrenda esa privilegiada posición que ocupa acabando ya la temporada de 2018.

La forma de correr y sus triunfos acaparan los elogios del pelotón sobre un corredor de clase y acostumbrado a brillar de principio a fin de la temporada. Un caso peculiar de un hombre enamorado de la bicicleta desde niño, y unido al triunfo desde los 9 años, cuando empezó a competir con el Club Ciclista Puente Tocinos.

Valverde habla de genética y de asumir que la bicicleta es su «oficina», su gran amor de siempre, casi la razón de ser del hijo de Juan, en sus tiempos corredor amateur, y de María.

Alejandro ya terminó segundo en su primera carrera disputada en Jumilla. A partir de ese día empezó a ganar. Se fueron amontonando las victorias hasta llegar a ser el imbatido.

Antes de ser profesional, Valverde siguió levantando los brazos en todas las categorías y especialidades, tanto en ruta como en la pista. Fue campeón de España de velocidad, de persecución individual y de persecución olímpica en pista como juvenil, campeón nacional de fondo en carretera, ganador de la Copa de España sub-23.

Si Manuel López fue vital en sus inicios como cadete y juvenil, también lo fue Francisco Moya, el hombre que le acogió en el Kelme aficionado después de su paso fugaz por el Banesto.

Con el maillot blanquiverde debutó como profesional en el año 2002. Moya le dijo a Pepe Quiles, patrón del equipo, que fichara a Valverde, «un cañonazo de corredor».

A partir de ahí, triunfos y más triunfos del más rápido de los escaladores y el más escalador de los hombres rápidos. Que sufrió un parón en su carrera de 18 meses por una sanción de dos años por la Operación Puerto. Circunstancia que no le impidió seguir ganando.

Valverde tiene un palmarés de lujo que podría ser notablemente mejor si Valverde "hubiera tenido la cabeza de Eddy Merck para ver y leer las carreras", cree su descubridor, Manuel López.

De esa opinión participa Joaquim "Purito" Rodríguez, quien tiene al murciano como el mejor ciclista con el que ha coincidido.

Unzué siempre ha dirigido la trayectoria de Valverde como líder del equipo, primero llamado Illes Balears, luego Caisse D'Epargne y actualmente Movistar.

«Alejandro es un corredor especial, tocado por una varita mágica, diferente, único, capaz de ganar en cualquier tipo de prueba», dice. El director navarro destaca que Valverde basa el «liderazgo en lo poco que falla y en lo buena persona que es».

El seleccionador nacional Javier Mínguez también se refiere al líder del Movistar como «un ciclista irrepetible» y asegura que es el mejor corredor «de un día» del ciclismo español». «Con lo que ha hecho, en Bélgica ya le hubieran hecho un monumento», cree Mínguez por tener un líder que «es un genio como ciclista, un lujo que tenemos».

Unzue está convencido de que "podría estar compitiendo hasta los 40 y no cambiaría mucho". De hecho, para cuando cumpla 39, en 2019, tiene todavía contrato. ¡Como para no, si es campeón del mundo!. Un campeón eterno.