Este Cartagena ya es otra cosa. El conjunto albinegro cosechó su segunda victoria consecutiva, la primera en casa de toda la temporada, y ofreció una imagen sensacional a un público que ansiaba ver la mejor versión de su equipo. Al descanso se marcharon con una cómoda ventaja de 2-0, y posteriormente administraron el resultado con total tranquilidad, manejando el balón y esperando a que el resto de goles cayeran por sí mismos. Cerraron la cuenta con un 4-1 que despierta las esperanzas de la afición cartagenerista.

Munúa dejaba fuera del once a Isaac Aketxe tras firmar un doblete en el último partido en Jumilla, y apostaba por Rubén Cruz como única referencia.

El conjunto cartagenerista tomó el mando del encuentro desde el minuto uno. Eso sí, con un ritmo lento, pero suficiente para dominar totalmente al filial almeriense, que ni siquiera se acercó al arco de Mario Fernández en toda la primera mitad.

A los diez minutos de juego, se adelantó el equipo de Munúa gracias a un tanto de Jesús Álvaro. Los albinegros montaron una jugada sensacional, que partió de un pase de Cordero hacia Fito Miranda. El extremo la colocó atrás desde la línea de fondo, y Jesús Álvaro se incorporó para rematar con la diestra y colocarla pegada al palo.

A la media hora de juego, un imprevisible zurdazo de Miguel Ángel Cordero colocó el 2-0 en el marcador. El sevillano se sacó un disparo con su pierna mala que se coló por toda la escuadra.

En una jugada muy desafortunada para los locales, el filial rojiblanco recortó distancias al inicio de la segunda mitad. En un saque de córner, Navas le ganó la partida por arriba a Moisés, cabeceó y anotó el 2-1. El central albinegro se quedó dolorido por un golpe, casi inmóvil, y tuvo que ser retirado en camilla.

El Cartagena pasó unos minutos titubeante, pero luego volvió a defenderse con la pelota, y además saltó al césped Aketxe como revulsivo. Era un guión muy cómodo para el conjunto de Gustavo Munúa, y gente como Moyita o Cordero se movían como pez en el agua con tanta posesión del esférico.

En el tramo final, Elady amplió la cuenta para los albinegros, a pase de Santi Jara. La conexión procedente del Real Murcia armó el gol, y el de La Puerta de Segura definió con suma maestría. Ya en el del descuento, Rubén Cruz le envió un pase largo al propio Elady, cuyo control queda para la galería. Bajó un envió lejanísimo con el empeine, y se lo acomodó para batir por arriba al meta Guille Lara. De ese modo, firmaba un doblete muy necesario para él, ya que llevaba varias semanas quedándose fuera del once titular.