Toni Hernández se convertía hace una semana en el nuevo 'jefe' de la cantera del Real Murcia. La dimisión de José Carrilero llevaba a Víctor Gálvez a poner al director deportivo al frente de las bases. Y solo tres días después, el valenciano ya había tomado su primera gran decisión. A través de un comunicado oficial, el club grana anunciaba que sus dos equipos prebenjamines no saldrían a competir. Aunque todo estaba preparado para comenzar la liga -la primera jornada se disputaba este pasado fin de semana- y a que los padres de cada niño habían abonado 450 euros de cuota para que sus hijos defiendan la elástica grana, el consejo de administración, alentado por Toni Hernández, tomaba una decisión que no tardaba en ser muy criticada tanto por los progenitores de los chavales afectados como por los aficionados.

Los motivos alegados por la entidad en una nota que en el día de ayer ya había sido borrada completamente de su página web eran aún más sorprendentes. Y es que desde el Real Murcia se indicaba que los prebenjamines se quedaban fuera de la estructura por «razones logísticas y de previsión». Fuentes de Nueva Condomina y de la Federación Murciana pronto dejaron claro que la verdadera razón era económica. El consejo de administración adeuda a la Territorial unos 50.000 euros en licencias, y pese a sus constantes promesas de pago, ese dinero no ha llegado al organismo presidido por Monje Carrillo, desde donde defienden que no pueden dar un plazo mayor porque eso sería dar ventaja al Real Murcia respecto al resto de clubes.

Esa negativa de la FFRM provocaba que el viernes Toni Hernández, en un calentón en el que se olvidó de la importancia de las bases y del perjuicio hacia los niños afectados, decidiese que los equipos prebenjamines desaparecieran de un plumazo de la estructura grana.

Pese a la decisión del valenciano, respaldado en todo momento por Víctor Gálvez, presidente del club, y su hijo Víctor Valentino, director general de la entidad; los empleados de Nueva Condomina que vienen trabajando con las bases así como los coordinadores de los equipos se pusieron rápidamente a trabajar toda la maquinaria para poder buscar una solución al desaguisado montado por el director deportivo.

Entre llamada y llamada a la Federación, para intentar calmar los ánimos, también hubo contactos con los equipos a los que los granas se enfrentaban en la primera jornada -Muleño y SMX Athletic- para que aceptaran el aplazamiento esos partidos. Además, los padres de los niños también eran informados.

Finalmente, tanto la Territorial como los dos equipos rivales aceptaron la petición de los empleados del club, y, aunque el dinero de las licencias siguen sin ser abonado, desde la FFRM decidían autorizar la inscripción.