Kazuya Shimizu tenía una vida acomodada en Japón. Allí es un ídolo, una estrella de la selección de fútbol sala de su país, un deporte

«Shimizu ha venido para jugar en el segundo equipo pese a que ha sido con Japón subcampeón de Asia. Estará en el filial, pero va a tener su recorrido», vaticina Álvaro Aparicio, el representante que ha hecho posible el desembarco de este pívot en una plantilla que la pasada temporada fue campeona de Liga de Segunda División. «Es un pívot diestro que golpea muy bien con las dos piernas. Es disciplinado defensivamente y tácticamente», apunta el exinternacional.

Josan González, quien sigue una campaña más al frente del filial de ElPozo, que al igual que el primer equipo inicia este fin de semana el campeonato liguero, está encantado con Shimizu pese a la distancia que aún existe por el idioma: «Entiende un poco el inglés, pero no lo habla», apunta el técnico, quien junto al club está buscando un profesor de español para Shimizu. Pero pese a la barrera idiomática, «me ha sorprendido su gran implicación. El problema lo supera con la ilusión que está poniendo en cada entrenamiento», apunta el andaluz, quien no dudó en convocarlo para un amistoso «cuando llevaba solo dos entrenamientos. Estoy convencido de que en Segunda va a ser un jugador que va a marcar diferencias. La única duda es si esta temporada será capaz de dar ya el salto al primer equipo», dice.

Josan se ha tenido que adaptar también al jugador. Aunque «es muy listo y con solo dibujar los movimientos en la pizarra ya lo entiende todo», el preparador está «subtitulando en japonés los vídeos que le pongo a los jugadores para que él también los entienda. Me meto en Google y traduzco al japonés los mensajes», explica el entrenador, que también colabora con Diego Giustozzi en el trabajo de la primera plantilla de ElPozo.

Álvaro Aparicio, que trabaja muy activamente en el mercado deportivo japonés -su empresa llevó recientemente a Miguel Ángel Lotina al banquillo del Verdy- apunta que el fútbol sala japonés es cada día más potente: «Allí, en el Nagoya, estuvo Ricardinho. Ese es el club más fuerte económicamente, pero es que la liga es muy seria a la hora de los pagos. Cada conjunto puede tener tres extranjeros y por eso son cada día más los españoles y brasileños que se van allí. De nuestro mano acaba de llegar Riquer como entrenador, y el país está luchando por acoger el próximo Mundial de fútbol sala, que aún no está adjudicado», dice un ala cierre que jugó ocho temporadas en Murcia.

Pero no solo a nivel deportivo se puede beneficiar ElPozo con la incorporación de un goleador que le saldrá gratis en caso de quedárselo en el futuro, ya que su club de procedencia, pese a que se ha firmado un contrato de cesión, no reclamará traspaso. De hecho, las negociaciones están abiertas para vender en Japón, donde Shimizu es un ídolo, la camiseta que va a vestir en ElPozo. Por tanto, los intereses deportivos se dan la mano con los económicos.