Marcos Delía (Saladillo, Argentina, 8 de abril de 1992) afronta su tercera temporada con el UCAM Murcia. Aunque estuvo con un pie fuera del equipo este verano, la entidad finalmente volvió a confiar en este internacional de 2,11 metros de estatura que el curso pasado vivió un buen inicio y un final inesperado para él, ya que se quedó fuera de la Final Four de Atenas y también tuvo que jugar durante muchos encuentros como ala pívot. Lo apostó todo a continuar en la capital del Segura y le salió bien, aunque su renovación no se confirmó hasta que prácticamente quedó configurada la plantilla.

Esta será su tercera temporada en la liga ACB, ¿esperaba poder sumar todo ese tiempo aquí y con un mismo equipo?

Sí, era lo que buscaba cuando tomé la decisión de apostar por venir a Europa. Tratar de buscar continuidad fundamentalmente en España, y si era en un mismo equipo, mucho mejor. Por suerte se pudo dar, pero la ACB es una liga díficil y no es fácil para nadie el poder mantenerse y jugar. Estoy contento y con ganas de seguir dando pasos hacia adelante.

Cuando llegó estaba Campazzo en el equipo, ¿le tuvo que convencer para venir al UCAM o jugar con él ya era un alicente bastante fuerte?

Bueno, llegué en su segundo año en Murcia y me ayudó mucho. Él también ayudó para que viniese y mis ganas de estar acá eran muchas sabiendo que Campazzo también iba a jugar. Nos conocíamos varios años de la selección y de jugar en contra en Argentina, fue un año muy lindo el que jugamos juntos aquí.

¿Le echó de menos en la pista la temporada pasada?

Sí, nos conocíamos mucho. Digamos que formábamos como una sociedad y nos sentíamos cómodos jugando. Pero son cosas del deporte profesional y cada uno tiene que seguir su camino. A él le tocó irse al Madrid y está excelente allí haciendo un gran papel, que era lo que quería.

Habrá sido un verano atípico para usted porque al principio parecía que no iba a seguir y acabó renovando.

La verdad que sí. Había cierto tiempo para tomar la decisión de seguir o no, tanto por mi parte como por el club. Cuando se llegó a esa fecha se decidió hacer una prórroga y al final tanto el club como yo mostramos interés por renovar y se dio así.

Contó con ofertas para volver a Argentina. ¿Cree que si hubiera regresado le hubiese sido más difícil jugar de nuevo en Europa?

Sí, fue tal cual así. Recibí ofertas y una de ellas fue de Argentina, pero creo que he hecho un esfuerzo muy grande de venir a España. Más que nada en la vida social y familiar, en la que me adapté muy bien. Es lo que hablábamos antes, mi objetivo es buscar una continuidad para asentarme en Europa y, en ese sentido, volver a Argentina iba a ser un paso atrás porque luego regresar acá sería muy difícil.

Al iniciar la pretemporada dijo que quería ser más protagonista.

Del primer al segundo año gané protagonismo, pero uno siempre quiere más y eso está en la naturaleza de todos. Creo que lo principal, lo que yo busco, es que el club pueda jugar de nuevo una competición internacional, que sería buenísimo, y entrar en la Copa y los play offs. Quiero ayudar desde dentro de la cancha con todo eso, aportando cosas al equipo, desde ese lado veo el protagonismo.

¿Cómo ha sido la primera toma de contacto con el nuevo entrenador? ¿Cómo es Javier Juárez?

Bien, creo que es un entrenador que sabe lo que quiere. Tiene personalidad y se hace respetar, eso para mí es fundamental en un equipo cuando la temporada es tan larga. Pueden pasar muchas cosas, hay altibajos anímicos todo el tiempo y si el entrenador es como demostró hasta ahora, que sabe marcar lo que quiere, creo que es bueno para el equipo porque va a saber qué camino seguir, va a ser bueno para todos.

¿Se verá una línea similar del equipo a la del pasado año?

Puede ser, puede ser. Tal vez sea muy pronto para especular acerca de eso, pero el equipo tiene cosas del año pasado como la intensidad y el físico. Además, todos saben jugar excelente al baloncesto y seguro que vamos a ser un equipo muy complicado y peligroso.

El año pasado quedó claro que el equipo tiene capacidad física para compaginar dos competiciones. ¿Puede estar el punto débil en la cabeza o en la 'presión' por conseguir los objetivos?

Sí, pero nos sale a nosotros ponernos esa presión. En ese sentido, es una presión buena porque son objetivo y metas. Hay que saber ser inteligentes y valorar lo bueno que se hace durante el año, pero es natural en los jugadores porque quieres subir escalones. Me parece que este es un año ideal para hacerlo.

Los entrenadores que ha tenido hasta ahora durante su estancia en el UCAM siempre han destacado su trabajo tanto en las victorias como en las derrotas...

En lo personal eso me pone contento porque uno siempre trata de venir todos los días a hacer su trabajo y es por lo que estamos acá. Pero no hay que perder de vista el objetivo grupal, que es lo más importante. Siento que es un año para lograr esas cosas porque todos los jugadores tienen ganas de pelear por cosas importantes.

¿El hecho de ser argentino le ha podido pesar en su juego por el estereotipo de jugador pasional que se tiene aquí?

La verdad que no lo pienso, puede ser que sí o puede ser que no. Hay mucha gente que ve baloncesto y opina de una forma u otra. Me parece que es importante que uno se mantenga en su trabajo, en el día a día, en la atmósfera con la gente que nos manejamos en el club, la familia... y no estar pendientes de las opiniones de fuera.

¿Qué ha evolucionado en su juego después de dos años en Europa?

En lo mental. Me ayudó mucho a madurar dentro de la pista en el sentido de ser menos ansioso. También es algo que va de mano de la edad, y todas esas cosas las sabes manejar mejor. La velocidad del juego en Europa son dos o tres marchas más que en Sudamérica y esas cosas, a la larga, con dos temporadas ya se van notando.

El pasado año le tocó asumir el rol de ala pívot en el tramo final de la temporada. ¿Lo ve como una solución de urgencia más que de una posición para el futuro?

Lo del año pasado fue muy especial, porque estaba cumpliendo esa función por momentos. Con la marcha de Lukovic y la lesión de Antelo quedó un espacio que lo tuve que ocupar yo y fue un poco raro porque terminé jugando como un 'cuatro' natural, que no es lo que soy. En el futuro me gustaría desarrollar esa faceta porque te abre muchas posibilidades, pero creo que la temporada pasada no estaba preparado para ese rol dentro del equipo.

Hace unos años Luis Scola le llamó para entrenar...

Hace seis años de eso ya... Para mí, en lo personal, fue una experiencia muy linda. Tuve la oportunidad de entrenar con Luis una semana y de convivir con él en su casa con su familia. Fue antes de empezar a compartir con él en la selección, así que me ayudó mucho para después sentirme más cómodo en el equipo nacional.

¿Le gustaría poder hacer lo mismo con algún joven talento?

Obviamente, en un futuro me gustaría hacerlo con algun joven argentino que esté empezando y que tenga ganas de jugar en Europa, para que se anime y conozca cómo es el mundo acá.

¿Cómo se afronta la pretemporada con una 'final' tan temprana por estar en la fase de grupos de la Champions League?

A ver, es determinante porque ganando te aseguras participar en la fase de grupos, que supondría más competencia, y perdiendo solo juegas la ACB. Ahora, el objetivo en pretemporada es llegar bien a la primera jornada de liga ante Morabanc Andorra y para ese cruce somos conscientes de la importancia para nosotros como jugadores, para el equipo y para el club. Estamos haciendo todo por intentar llegar bien y poder pasar la eliminatoria.

El año pasado se quedó fuera de la Final Four de Atenas, ¿es una espina que tiene clavada?

Sí, es una espina que me quedó. Todos los jugadores quieren jugar ese tipo de partidos y me quedé fuera. Todavía cuando lo pienso me da un poco de bronca, pero bueno, fue lo que pasó y en ese momento me golpeó anímicamente. Fue un golpe duro en lo personal, pero he tenido el verano para desconectar y ahora cuento con energías nuevas para empezar el año.

En la pretemporada se volverán a enfrentar al Obras Sanitarias argentino, su exequipo. ¿Pensaba poder jugar contra ellos tan a menudo?

La verdad que no, pero está bueno. Es un equipo con jugadores que casi nadie conoce y vas preparado de otra manera. Con muchos compartí dos años allí y también conozco al entrenador, así que está bueno poder jugar contra ellos.

Los internacionales del UCAM se hacen varios kilómetros durante el año en las Ventanas FIBA, pero a usted le toca cruzar siempre el 'charco'. ¿Le afecta?

Objetivamente, afecta porque son muchas horas de viaje y personalmente lo que más sufro es el cambio horario. A veces me cuesta dormir, pero bueno, son cosas con las que tenemos que convivir y nos tenemos que acostumbrar y adaptar porque no van a cambiar. No sirve de nada quejarse.

¿Cómo pasa esos tiempos 'muertos'?

Leo, juego a videojuegos, salgo a caminar con mi novia... cosas muy tranquilas.

El otro día conocimos la retirada de Manu Ginóbili, con el que coincidió en la selección, ¿cómo valora su marcha?

Es difícil describir en palabras. Fue un jugador que rompió con todas las expectativas y los parámetros para un jugador argentino. Logró cosas increíbles y es un referente más allá del baloncesto porque en Argentina trascendió a todos los deportes y es reconocido como se merece. Sirve para que los jugadores jóvenes sigan su camino, y ahora a él le queda disfrutar de esta nueva etapa.

¿Cómo es el futuro de la albiceleste para el Mundia de 2019 con esta nueva generación?

Hay buenos jugadores, somos un grupo joven y muchos están jugando ahora acá en España. Se está trabajando de una manera que trajo Luis desde la NBA, con trabajos de pesas, alimentación, fisioterapia... estamos haciendo todo bien para en el futuro hacer un buen papel y llegar al Mundial y a los Juegos Olímpicos. El trabajo se está haciendo y seguro que los resultados van a llegar.