Un partido le ha bastado al FC Cartagena para comprobar que necesita más repertorio en su plantilla si quiere volver a aspirar al primer puesto del grupo IV de la Segunda División B. El conjunto albinegro cayó el sábado ante el filial del Granada en el Cartagonova (2-3) y lo cierto es que fue un inicio de campeonato cargado de curvas. Unos obstáculos que bien pueden aparecer durante el año en cualquier momento y que el Cartagena tendrá que saber lidiar para poder pelear por el ascenso al fútbol profesional. La sanción que arrastra Rubén Cruz de la pasada campaña, la imposibilidad de inscribir a Elady Zorrilla al no llegar el tránsfer desde Polonia y la lesión de Queijeiro, quien tendrá que pasar por el quirófano al retirarse lesionado en la primera parte del choque ante el Granada B por una fractura en el quinto metatarsiano, se unieron a un equipo que todavía se encuentra en fase de construcción.

A Gustavo Munúa, entrenador del Cartagena, se le complicaron muy pronto los primeros esbozos que tenía preparados para el inicio del curso, y las lagunas en el centro del campo durante el choque del sábado fue lo que más preocupó a una afición que tan solo se contentó con los destellos y los dos goles de Fito Miranda. La marcha de Alejandro Chavero al Ibiza hace que el conjunto cartagenero deba peinar el mercado de fichajes en sus últimos días todavía con más empeño. Y es que la ausencia de un jugador con un perfil más organizador fue lo que se echó en falta dentro de una medular que estuvo compuesta por Cordero y el propio Queijeiro. La lesión del mediocentro gallego, que estará unos tres meses de baja y llegó avalado por Munúa, provoca que el Cartagena tenga que buscar un sustituto de ese perfil con ciertas garantías para sostener gran parte del peso ofensivo del equipo.

Los problemas físicos de Queijeiro obligaron al técnico uruguayo a tener que mirar al banquillo y precipitar el estreno de jugadores como el propio Carrillo. El joven mediapunta, de 19 años, fue el encargado de saltar al terreno de juego en sustitución del gallego al ser prácticamente la única solución con la que contaba Munúa. Y es que un problema con la documentación que debía llegar desde Polonia para inscribir a Elady Zorrilla, después abandonar el KS Cracovia para firmar por el Cartagena tras su marcha del Murcia este mismo verano, cambió los planes del técnico. Tanto que Dani Abalo ha conseguido revertir su situación, aunque habrá que ver que depara el cierre del mercado. Y es que el club le comunicó al inicio del curso que no contaba para este año junto al portero Pau Torres y el mediocentro Sergio Jiménez, sin embargo, ahora ha ganado papeletas para seguir. «Veremos lo que sucede en los próximos días pero, en principio, contamos con él», afirmó Gustavo Munúa en la rueda de prensa posterior al choque.

No obstante, tras la llegada de Vitolo desde el Tenerife, el Cartagena no cuenta con fichas séniors disponibles y en caso de optar a fichar a un jugador con experiencia para cualquier posición, debería salir un jugador de estas características.

Además, la ausencia obligada de Rubén Cruz por la sanción que arrastra tras la eliminatoria ante el Extremadura de la pasada campaña, tampoco permitió a Munúa poder contar con más soluciones en la parte ofensiva. El delantero andaluz no estará disponible para el conjunto albinegro hasta la cuarta jornada porque cuenta con un castigo de tres partidos.