La temporada no pudo empezar de forma más dolorosa para el UCAM Murcia. En especial para Germán Parreño, su guardameta, que vio como un error calamitoso en las postrimerías del encuentro que inauguró el curso frente a la Balompédica Linense decantó el marcador para los visitantes (0-1). El choque, igualado en absolutamente todo durante los ochenta y ocho minutos previos al tanto de David Moreno, terminó por teñirse de negro para un UCAM que tiene mucho por trabajar en las próximas semanas. La semana que hoy comienza será clave, tanto para ultimar los fichajes que el equipo necesita, como para recuperar jugadores.

Y es que las bajas marcaron la primera jornada para el equipo de un Pedro Munitis, entrenador universitario, que tiró de los jugadores que más han participado en esta pretemporada para componer su primer once. Con las ausencias por sanción de Britos y Luis Fernández, y el pobre estado de forma de jugadores fichados este verano como Kilian Grant o Migue García, Munitis confió en los jóvenes de la cantera para completar su primer once del curso.

El atacante Rodri Hernando y el lateral zurdo Mounir, ambos procedentes del primer equipo juvenil que el pasado año descendía a Liga Nacional, más el centrocampista del filial Luis Castillo, tomaron la alternativa, cumpliendo con las exigencias del guión en cierta medida. Más sufrieron Mounir y Castillo, ambos en banda izquierda, para frenar las llegadas peligrosas de hombres muy veloces y verticales como son Juampe o Gato. Rodri, en cambio, estuvo participativo, aunque con escaso éxito, ya que solo la referencia ofensiva, Manu Onwu, gozó de las mejores llegadas para el UCAM.

El primer tiempo pudo marcar las diferencias para ambos equipos. La igualdad fue máxima, e intercambiaron el protagonismo a lo largo de los primeros cuarenta y cinco minutos. UCAM y Linense gozaron de una ocasión que terminó por estamparse en la madera, y ambos optaron por esperar replegados con un bloque medio-bajo de presión la llegada de su rival en fase ofensiva.

El UCAM movió más y mejor la pelota, comandado por un Javi Rey fantástico que facilitó la tarea a su escudero, Toni Arranz, en la medular. Sin duda, ambos jugadores encarnaron la mejor noticia del equipo murciano, dando muestras, tras un curso en el que el buen juego brilló por su ausencia, de que ambos pueden dar tardes entretenidas al público de La Condomina.

Sin embargo, fue el Linense, aprovechando la indecisión a la hora de defender el balón parado del UCAM, el que golpeó primero. Ahmed botó un saque de esquina en el minuto 4 que Sana, tras cabecear en el segundo palo, estrelló en el larguero. No fue fruto de la casualidad, ya que todos esos envíos de esquina casi siempre enviados por los lanzadores del Linense al primer palo, acababan siempre causando mucho peligro. En todo caso, el UCAM resistió, y poco a poco, se fue estirando para dar paso a los mejores minutos de los de Munitis en el partido.

Las transiciones rápidas, casi siempre relanzadas por la banda derecha con Isi Ros y Adán Gurdiel muy activos, se convirtieron en la mejor baza para los universitarios en el primer tiempo. Así llegaron las dos ocasiones más claras del equipo local, las cuales, en ambos casos, marró Manu Onwu. El atacante navarro, al que se le notó más inspirado en su actuación y en la presión que la pasada campaña, estuvo gafado de cara a puerta.

En el minuto 11, una mala cesión tras una recuperación forzada del lateral Pierre acabó dentro del área del Linense, con un Onwu que se anticipó al meta Javi Montoya. Le recortó con clase, pero tras salir del regate, se quedó escorado y disparó estrellando el balón en el lateral de la red.

El Linense, tras el susto, optó por abusar más del juego directo, pero el UCAM estuvo más que seguro con el paso de los minutos. Isi Ros se beneficiaba de los envíos paralelos servidos por Amaya desde atrás, incomodando a la zaga visitante de forma dinámica.

Fueron los mejores momentos del UCAM. En el 18, el disparo de Javi Rey se topó tras la salida de un córner con una muralla de jugadores blanquinegros, y en el 20, Onwu gozó de la ocasión más clara del partido para los universitarios. Javi Rey originó la jugada en la medular abriendo hacia la banda derecha. Allí aparecieron Gurdiel e Isi Ros, quienes combinaron para que el primero sirviera un gran pase al corazón del área para el ´9´ universitario. Potente y bien ajustado, su disparo lo repelió levemente el meta Javi Montoya, quien rozó lo necesario para enviar el balón al poste y atrapar su propio rechace.

No aprovecharon los de Munitis sus momentos de mayor lucidez, y el Linense intentó aprovecharlo. Joe no olió puerta en una jugada peligrosa, que culminó con un chut que se marchó por encima del travesaño. Juampe, por contra, intentaba cazar siempre a la espalda a Mounir, que tuvo que pedir ayuda a Castillo para contener, como buenamente pudieron, las llegadas por ese costado.

Pero ese ritmo enérgico que se vivió en el primer tiempo, decayó tras el descanso. La fatiga y la pesadez en los movimientos se instalaron en las piernas de todos los jugadores. Los cuatro primeros cambios, dos por bando, se realizaron en torno a la hora de partido, pero sin causar el efecto necesario: la carga de pretemporada hizo estragos sin piedad.

Solo Titi, quien fue suplente en su regreso al equipo de La Condomina, incomodó de forma tímida a la zaga del Linense. Los visitantes no dudaron en esperar atrás, buscando sorprender al contragolpe, y solo por la banda derecha encontraban los de Jordi Roger algún resquicio para incomodar. Mounir, quien acusó los nervios en su estreno en algunas fases del partido, dio alguna opción a los visitantes de llegar al área.

El partido viró del todo a la nada en muy poco tiempo. Los minutos se sucedieron, y cualquiera de los presentes, tanto en el campo como en la grada, daba el empate por sentado. Solo un error, una acción aislada, o una jugada a balón parado, podían posibilitar que la igualada se rompiera. Y fueron los dos primeros componentes los que se aunaron para inclinar la balanza a favor del Linense.

En el 89, Chico recuperó rápido en el medio, y de forma veloz, posibilitó la llegada de Ahmed por la izquierda. Este encaró a Amaya, la puso a la frontal, y David Moreno apareció para golpear con la zurda y de primeras estrellando el balón en el larguero. El rechace, con un efecto inverosímil, cayó en la frontal del área chica, en territorio del meta Germán. Intentó despejar de puños, y de manera inexplicable, conectó mal con el balón, el cual se fue hacia su propia portería. El balón quedó muerto prácticamente sobre la línea, y Moreno, que pasaba por allí, la cazó para empujarla hacia el fondo de la red.

Casi sin tiempo para más, el UCAM dio por perdido el encuentro, y evidenció en la primera jornada de Liga que carece, al menos de momento, de los dos componentes básicos para aspirar al ascenso en una categoría como la Segunda B: un delantero que marque, y un portero que pare. Por ahora, ni una cosa, ni la otra.