La exigencia de resultados en un club como el Cartagena, que necesita urgentemente salir del pozo de la Segunda División B, convierte la ciudad portuaria en un terreno poco fértil para el crecimiento de los jugadores jóvenes. El venezolano Josua Mejías, con su excepcional final de temporada en la 2017-18, constituye la excepción que confirma la regla. A Gustavo Munúa, el nuevo técnico del conjunto albinegro, no le tiembla el pulso a la hora de dar oportunidades a los jugadores jóvenes, pero hasta ahora ninguno de los sub-23 que conforman la plantilla ha demostrado sus credenciales para ser titular en el FC Cartagena. La ilusionante aparición de Jesús Carrillo, que finalmente tendrá ficha con el primer equipo, ha eclipsado al resto de promesas que llegaban al club con cierta proyección, como Juan Moreno o Igor Paim.

Sin ser un equipo excesivamente veterano, el Cartagena roza los treinta años de media en cuanto a su once inicial. Ayala o Queijeiro son las piezas de menos edad en un once muy experimentado, con futbolistas que llevan muchos años jugando en la categoría. Ante ese panorama, se antoja difícil que los sub-23 se hagan un hueco. A día de hoy hay cinco futbolistas menores de 23 años en la plantilla: Joao Costa, Adama Fofana, Igor Paim, Juan Moreno y Jesús Carrillo.

Dejando a un lado a la perla de Alcantarilla, el portero portugués es el que más posibilidades tiene de tener protagonismo. Los dos guardametas, él y Mario Fernández, llevan casi un mes entrenando a las órdenes de Gustavo Munúa, y el uruguayo no se ha decidido todavía por ninguno de los dos. En los amistosos se han repartido los minutos: un tiempo para cada uno. Sin embargo, por jerarquía y por galones, el cántabro apunta a titular ante un Joao Costa que apenas cuenta con 22 años y alguna temporada como suplente en el Oporto.

Por su parte, Adama Fofana, un pivote del gusto de Munúa, necesita urgentemente minutos para dar un salto hacia adelante. Su futuro inmediato no pasa por el FC Cartagena, y el club le busca una salida como cedido en otro equipo de la categoría donde pueda desarrollar su fútbol sin estar a la sombra de Miguel Ángel Cordero.

Tras más de un mes en el Cartagena, al brasileño Igor Paim aún se le espera. Ha jugado muy poco este verano, y se le ha visto falto de ritmo y sin participar en el juego. Este mediapunta de 21 años llegaba del Rampla Junior, de la liga uruguaya, recomendado por el propio Munúa. Sin embargo, la difícil aclimatación del fútbol sudamericano al fútbol europeo le ha pesado en su primer mes. Además, la fulgurante aparición de Carrillo en su misma posición le ha dejado en un segundo plano. En ese puesto, Fito Miranda se postula como titular por detrás del punta. También cabe la posibilidad de que el equipo juegue con dos delanteros, y en febrero volverá Cristo Martín. Es decir, Paim tendrá que mejorar mucho si quiere jugar esta temporada.

También se espera bastante de Juan Moreno, extremo que procede del Atlético de Madrid B. En su caso, las lesiones le han impedido estar al mismo nivel que sus compañeros, aunque en el último amistoso se vieron trazas de lo que puede llegar a ser. Solo tiene 21 años, y con su desparpajo puede aportar bastante al conjunto cartagenerista.

Josua Mejías, ejemplo a seguir

El curso pasado, un defensor de apenas 20 años fue la principal aparición en el Cartagena. Josua Mejías, que ahora juega en Segunda con el Nástic, se hizo un hueco en las alineaciones de Monteagudo y, sobre todo en el tramo final, dio un salto de calidad tremendo en la línea defensiva. El venezolano fue el mejor sub-23 de la temporada, después de que Kuki Zalazar desapareciera de las alineaciones en la segunda vuelta, a pesar de haber sido la grata sorpresa en los primeros meses de competición y titular indiscutible. El resto de jugadores sub-23 completaron un año muy discreto: Marcos Morales, Álex Craninx, Moussa, Owusu, Aitor Ruibal, Morros y Farisato.