Sin dejar un magnífico sabor de boca como en otras ocasiones, pero tirando de oficio y de buena fortuna, el Cartagena se adjudicó el Trofeo Carabela de Plata en su edición de 2018. El último amistoso antes del inicio liguero no fue el más vistoso de los albinegros, que comenzaron dubitativos y nunca terminaron de someter a su rival, un Castellón correoso que tampoco amenazaba demasiado. Aketxe igualó el tanto inicial de los visitantes, y el partido evolucionó lentamente hasta el desenlace en el decimocuarto penalti de la tanda.

A la lista de bajas del anterior encuentro se sumaba Miguel Ángel Cordero. Igor Paim y Rubén Cruz tampoco figuraban en la convocatoria. En la medular, el canterano Mariano salió en el once de Munúa junto al gallego Queijeiro. Después de las tradicionales presentaciones, el conjunto albinegro, estrenando por fin su primera equipación, salió al terreno de juego un tanto atenazado. El Castellón, un equipo armado para pelear por el play-off en el imprevisible grupo III, llevaba las riendas del choque a base de tesón y coraje. Sin grandes ocasiones pero con un poderoso juego físico, conseguían que el Cartagena apenas traspasara la línea divisoria y que no conectaran con sus estiletes en el frente ofensivo.En el minuto 21, los peores presagios se hicieron realidad. Verdú colgó una falta lateral peligrosa, y puso el balón medido hacia el segundo palo, donde Máyor, libre de marca, solo tuvo que conectar el cabezazo e introducirlo en la red.

Pasó el encuentro por unos minutos de bostezos hasta que el Cartagena, poco a poco, fue adelantando sus líneas y llegando al área rival con más asiduidad. Sin llegar a disparar a portería, una mano infantil de Eneko Satrústuegui les regaló un lanzamiento de penalti que Aketxe, engañando al portero, no perdonó. Otro gol más que sumar a la cuenta. Tras el paso por los vestuarios continuó el mismo ritmo pausado del primer tiempo. Se notaba en ambos conjuntos la carga en las piernas de las pretemporada. Con Elady desaparecido, Fito Miranda intermitente y Santi Jara impreciso, el Cartagena adolecía de la pegada de otros días.

Llegaban más problemas para Munúa con la lesión de Fito Miranda, que tenía que ser sutituido mediado el segundo tiempo. El partido se calentó más de la cuenta en el tramo final, con un colegiado demasiado protagonista.El carrusel de cambios se demoró hasta los instantes finales. Entonces apareció la magia de Jesús Carrillo en la mediapunta, que a pesar de tener una actuación protagonista no tradujo en gol la mejor ocasión que tuvo. Tras un recorte magnífico de Aketxe, le cedió el balón al de Alcantarilla, que tardó más de la cuenta en armar la pierna.

El propio Aketxe marró otra buena oportunidad desde la frontal del área, pero la más clara del tramo final la tuvo Juan Moreno, que giró demasiado el cuerpo buscando la escuadra y el esférico se le marchó a la grada cuando lo tenía todo para hacer el tanto de la victoria.Así se llegó a la tanda de penaltis, en la que tanto cartageneristas como castellonenses mostraron un acierto fuera de lo común. Aketxe, Orfila, Carrillo, Juan Moreno, Antonio López e Ismael, de un lado, e Hicham, Acevedo, Juanjo, Yarik, Kilian y Castells, en el otro bando, acertaron con sus tiros, hasta que el portugués Joao Costa detuvo el lanzamiento de Pablo Roig y se acabó lo que se daba en un torneo que se hizo más largo que otros años.