La carrera como entrenador de Diego Giustozzi ha sido fulgurante. Nada más retirarse tras pasar la temporada 2012-2013 en el Real Rieti de la Serie A1 italiana y de jugar sus últimos partidos con su equipo de toda la vida, el River Plate, a finales de 2013 fue nombrado seleccionador de Argentina. Él mismo reconoce que a veces todo ha transcurrido muy rápido, pero que nada de lo vivido lo ha cambiado como persona, que sigue teniendo los mismos valores que cuando empezó a jugar al fútbol sala.

«Soy un agradecido pero siempre pienso en ser el mismo de siempre. A mí lo que pasa dentro de la cancha es algo que en mis valores humanos no repercute, yo quiero ser el mismo amigo de siempre, el mismo padre de siempre, la misma persona de siempre. Me han pasado cosas increíbles, si alguien me hubiese dicho hace cinco años que iba a vivir lo que he vivido le hubiera dicho que es imposible: ser campeón con la selección y venir a entrenar a ElPozo. Yo quiero que el día de mañana, cuando me vaya de Murcia como antes hice con la selección, alguien se lleve una buena imagen de mí como persona. Por ponerte un ejemplo, yo no tengo una anécdota como jugador de algún título que gané o de algún gol que hice o de alguna jugada, porque cuando me junto con mis amigos de toda la vida -que ahora son los momentos que voy a extrañar- hablo de lo que vivimos en un vestuario o una noche o en algún momento, esas anécdotas te quedan en la vida. Trataré de ser igual de sencillo que fui toda la vida», termina diciendo este bonaerense de 40 años de edad.