Llegó a la entrevista en la Plaza de las Flores donde un sol de justicia convertía el andar lejos de la sombra en una actividad de alto riego, con un pantalón corto, zapatillas de deporte, una camiseta y una sonrisa, de esas que transmiten cercanía. Tuvimos el honor de invitarlo a su primera marinera aunque, fruto de la batalla de preguntas a las que tuvo que responder, poco más pudo comer. Unos mejillones, un par de caballitos y una cerveza evitaron que, ese calor al que se está acostumbrando -«lo que peor llevo es vivir con el aire acondicionado», dice-, le hiciese flojear las piernas. Algo que parece difícil pues sigue estando en forma aunque ya no juegue al fútbol sala ni con los amigos y prefiere el pádel como actividad física.

¿Cómo se definiría como técnico?

Soy muy humano, le doy más importancia a la persona, a todo lo que sale del corazón y de los valores de los jugadores o de mi cuerpo técnico. Yo le doy el cien por cien de importancia a todo, pero no todo es el cien por cien de importante. Soy un obsesivo y enfermo de la preparación de los partidos, de la táctica y del detalle, pero para mí no es lo más importante. Lo más importante son los valores humanos que tiene tanto un jugador como un entrenador y yo hago mucho hincapié en eso. Si tengo 12 o 14 jugadores que tienen unos valores y principios humanos importantes, voy a la guerra, me da igual la táctica. Si no los tengo, los tengo que encontrar. Soy también muy pasional, pero también tengo esa distancia con el jugador, ellos tienen su rol y yo el mío. Soy de los que a veces se acercan en los malos momentos y, en los buenos, soy demasiado exigente.

¿Adapta su idea de juego en base a los jugadores que o impone la suya?

Mis ideas son innegociables, estoy muy convencido de ellas y mi gran búsqueda es convencer a mi equipo de esas ideas. Soy consciente de que el protagonista es el jugador y trato de adaptarme a su idiosincrasia, a su manera de ser, a sus características e involucrarlo, pero siempre congeniando con esas ideas. Quiero que sean lo que son y que se adapten, pero sin cambiar su manera de ser.

Como seleccionador elegía a los jugadores, pero ahora los tienes elegidos. ¿Cambia mucho el planteamiento?

Hay muchas cosas que tengo que aprender, pero eso refuerza más mis ganas de convencerlos, mis ganas de decir: este es el camino para que un equipo gane. Hablé con el equipo y lo primero que dije fue poner el ´nosotros´ por encima del yo. Tenemos que tener muy claro que estamos en un deporte de equipo y que necesitamos lo mejor de cada uno para sacar lo mejor de todos como grupo. Tengo muy claras mis limitaciones y tengo muy claras las limitaciones del equipo. Tengo muy claro que el equipo ya está armado, qué es lo bueno que tienen y qué es lo malo, y lo que quiero es que los jugadores sepan qué es lo que nos falla para esconderlo de la mejor manera y para encontrar lo malo de los rivales, que también lo tienen.

¿Cuánto tiempo lleva visualizando la plantilla que y haciéndose una idea de los jugadores con los jugadores con los que va a trabajar?

Conocía a ElPozo por lo amante que soy del deporte, por las ganas de seguir aprendiendo y este club es una referencia por lo que es, por la idea que tiene y por el entrenador que tenía. Una vez que me eligieron lo empecé a estudiar un poco más, pero creo que me daré cuenta de verdad de lo que tengo en el día a día; va a ser un aprendizaje y un conocimiento continuo. Creo que el calendario nos ayudó porque tengo tres o cuatro partidos marcados en rojo en la primera vuelta y ahí me voy a dar cuenta de qué valores humanos tienen mis jugadores, ahí me lo van a demostrar de verdad, porque a la persona la ves en los malos momentos, esos en los que descubres de qué raza está hecho el jugador y qué raíces humanas tiene. Es en la dificultad cuando se revelan lo que son y esas complicaciones las vamos a pasar. Nosotros estamos aquí para ganar y vamos a ganar, pero en ese camino vamos a sufrir y en el momento de sufrimiento me daré cuenta quién está dentro de ese camino para ir a buscar todos los títulos.

¿Cuáles son esos partidos que tienes marcados en rojo?

Te puedo asegurar que no son los más difíciles, pero si te lo digo va a perder la esencia y me voy a descubrir. Son los partidos donde yo sé que vamos a sufrir, donde el rival me a decir ´ven a mi territorio a ganarme aquí´. Eso es lo que yo quiero conseguir con los míos. Uno de mis grandes objetivos es ganar la liga regular y decir a los otros: ´ven a ganarme en mi cancha... si puedes´.

Volver a hacer del Palacio un fortín como antaño€

Sí. Yo estuve cinco años viniendo a jugar a Murcia (14 horas desde Santiago y otras 7 u 8 horas desde Segovia en autobús) y me gustaría que los rivales sientan lo mismo que sentía yo en carne propia. Pero eso no depende solo de nosotros, hay que involucrar a todos, a la afición, hay que contagiar a la gente y que la gente se sienta que voy a la cancha y ese es el equipo de mi ciudad, no que haya 13 jugadores que juegan porque tienen un contrato profesional.

¿Qué mensaje le transmitiría a la afición?

Nos tenemos que conocer y me irán conociendo, soy una persona creo que anormal dentro de este mundo pues soy nuevo, soy joven, tengo todavía vicios e idiosincrasias de jugador. Soy muy argentino y no me arrepiento de serlo. Me irán conociendo, haré varias locuras, no tengo dudas, pero sí me gustaría que nos conozcan, que vengan y que se den cuenta que habrá un equipo que va a dar algo más, un equipo que va a tener algo más de lo normal.

¿Mantiene todavía esa mentalidad de jugador y esa empatía? Porque en una plantilla hay egos, hay pesos pesados y tiene que encontrar el equilibrio.

Tengo que saber mis puntos débiles y creo que uno de ellos es la experiencia. Yo dirijo desde hace 4 años, desde el 5 de enero de 2014. Soy un entrenador muy joven y me vuelco mucho en ese aspecto de saber qué quiere el jugador, mirarlo a los ojos, verlo dentro del vestuario y ver su reacción a 200 pulsaciones. Me apoyo mucho en eso porque me falta la experiencia como entrenador. También me gusta el liderazgo, pero los egos, los rencores, los celos y las envidias no son buenas para un bien común, para un deporte de equipo. Los egos los puedo entender hasta un cierto punto, pero las envidias, los celos y los rencores no los comparto. El día que yo vea eso, el jugador conmigo está muerto. Tiene que haber un mensaje y el mensaje hoy es el mío. El día de mañana vendrá otro y será el de otro al igual que el día anterior era el de otro. Hoy el mensaje es uno: hay unos principios y unos conceptos que no se negocian. Y después habrá jugadores que tengan un apellido y una personalidad y otros de otra, pero siempre sobre un mismo mensaje y una misma idea, que es la mía, y el que se vaya de esa está en contra de los valores del grupo.

¿Qué características quiere que definan a ElPozo de Diego Giustozzi?

No me gusta que me definan por solo una cosa. Si hacemos las cosas bien es muy probable que nos nos alcancen y tenemos que buscar la perfección y rozarla para poder ganar porque tenemos rivalidades importantes. Debemos tocar todos los puntos y todos ellos llevarlos al límite hacia la perfección, pero en mi equipo, si no hay compromiso y no hay sentido de pertenencia, será difícil lograr los objetivos.

¿Cómo ha sido la toma de contacto con los jugadores?

Muy buena. Claro que si después de una semana te digo que es muy mala€ me tengo que ir (risas). Evidentemente es muy buena porque todo cambio genera una ilusión. Voy a ser muy sincero, te digo lo que pienso de verdad: estoy muy contento de la recepción y de la respuesta de los jugadores y me dan buenas sensaciones, pero no me quedo con eso porque sé muy bien que todo cambio es bueno al principio, así que tendré ese freno de mano puesto porque esas sensaciones las tengo que tener a doce meses. Sabemos que tenemos que ganar, pero lo importante no es decirlo, sino encontrar ese camino que nos lleve al éxito.

En su plantilla, ¿cuál cree que debe ser el papel de pesos pesados como Miguelín o Álex?

Cuando tú eres líder, ese papel te lo da la experiencia, la calidad y el carisma. Si yo quiero cambiar a un Miguelín o a un Álex con treinta años, no lo voy a hacer nunca. Me quedo con lo que son para, poco a poco, ir convenciéndolos del camino de ese liderazgo. Yo quiero que se asuma esa responsabilidad porque los protagonistas son ellos, no soy yo. Ellos son los que ganan los partidos, yo tengo que estar en no perderlos y darles las herramientas para que sean mejores personas y jugadores dentro de una cancha. Y espero que saquen ese liderazgo diariamente, que sean ejemplo y que los jugadores jóvenes también entiendan que no vamos a lograr los títulos solo con los pesos pesados. Los vamos a conseguir con todos y ellos van a tener un rol importante tanto como los líderes.

Parece una persona a la que no le temblaría el pulso a la hora de sentar a los pesos pesados. ¿Es correcto?

No me baso en el yo, me baso en los principios y conceptos de vida. Somos un deporte de equipo y el equipo está por encima de las individualidades y el bien del club está por encima de todos. El nombre del equipo se quedará toda la vida mientras que los jugadores y yo pasaremos, así que si alguien se siente más protagonista que el grupo o que el escudo que llevamos, está equivocado de la vida, se equivocó de deporte. No tengo mucha preocupación en tomar esa decisión porque las decisiones que tome serán por un bien común, jamás serán por algo personal.

¿Su planificación del equipo es a dos años vista, como indica su contrato, o solo piensa en esta temporada?

Te lo digo por joven e inexperto: no me muevo por contratos. Yo estaba muy bien, me costó traer a mi familia, me costó salir de Argentina, pues allí estaba en mi chalet recién comprado, con mi piscina y mis amigos, mi barbacoa, jugaba al tenis cuando quería€ Tenía la vida hecha, económicamente estaba sobrado. A mí me saca de allí la emoción y la pasión que tengo de volver a poner a ElPozo en el techo del mundo. Así que estaría aquí aunque me hubiesen hecho un contrato de un año más cinco opcionales. No planifico de aquí a dos años en base al contrato y quizás viene alguien con más experiencia y me dice que estoy en un error, pero ojalá que mi vida no llegue a eso. Yo llego aquí a intentar poner a ElPozo en el techo del mundo como ya lo estuvo una vez, ese es mi objetivo. Y con lo que tengo, si tenemos los valores que creo que debemos que tener, iremos a la guerra. Después, internamente, hablaré con el club sobre las armas con las que crea que debemos ir a esa guerra, pero será muy probable que sean los jugadores los que me pongan esa decisión fácil. Te puedo asegurar que tengo muy claro lo que tengo y, con lo que tengo, voy a morir.

¿Descarta entonces cualquier incorporación?

No, tampoco soy tan boludo (ríe). A mí los buenos jugadores traédmelos siempre. Tengo claro que tenemos virtudes y defectos, sé cuáles son y se lo dije a mis jugadores y al club. Sé que en muchos aspectos tenemos limitaciones, no soy tonto, pero me quedo con lo que tengo y con eso voy a sacar lo mejor. Y sé que tenemos déficit, el club sabe lo que pienso sobre eso, y serán los resultados los que digan quién está a la altura de una misión: ganar.

Tiene el reto importante de mejorar los resultados con una plantilla con menos experiencia, pues ya no están jugadores como Elías y Piqueras.

Se fueron ellos pero tengo a Darío y Álex García. El club apostó por ellos, lo hicieron muy bien, han ganado una liga y trabajan muy bien con Josan y sienten al club, y eso es un gran mérito. Pero es verdad y no te voy a mentir: somos pocos y es la realidad. Hay equipos que están detrás nuestro como Palma que dejan jugadores fuera en las convocatorias. Bienvenido sería el que pudiera hacerlo yo, pero bueno, todos tenemos una realidad y el problema sería no saber ni qué nos falta ni cuáles son nuestras limitaciones.

Se encuentra en un escenario en que debe conseguir títulos y dar la oportunidad a jugadores de la cantera. ¿Es una balanza difícil de equilibrar?

Sí, y tengo que aprender a equilibrarla. Yo fui seleccionador y tenía la facilidad para elegir, pero también fui un canterano y lo entiendo. Yo me quedo con que tenemos que conseguir títulos, el resto después veremos. Si te digo un porcentaje, éste sería un 95% conseguir títulos y un 5% para el hecho de que tenemos una filosofía de cantera y debemos convertirlos en jugadores de verdad y rodearlos de líderes. Si yo fuese canterano, mirara a ambos lados y tuviera a dos líderes, aprendería más. Y eso es porque el jugador joven aprende más por los ojos que por los oídos. Yo los haré crecer tácticamente o lo intentaré, y los líderes de verdad los harán crecer como hombres dentro de un vestuario y dentro de una cancha, así que hay que elegir bien a los líderes y hay que elegir bien a los jóvenes. A mí no me vale sacar a diez jugadores si después nueve estarán dando vueltas por otros equipos. Prefiero sacar a dos y que esos se queden aquí, que quieran ganar aquí y sientan a su equipo, y que el día de mañana sean un Álex o un Fernandito.

¿Qué debe de hacer ElPozo para arrebatar los títulos a Movistar Inter o Barcelona?

Todos tienen virtudes y los demás tienen que preocuparse de las nuestras. Es más, si no estuviesen Inter, Barça, Palma, Xota, Jaén... te puedo asegurar que capaz ni venía porque no me hubiera motivado el reto. Y para ir a una liga donde la ambición tiene un techo, me hubiera quedado en Argentina. Así que bienvenidos sean los Inter, Barça y su presupuesto. ¿Cuál es el camino? Nadie es perfecto, ellos tienen límites y grandes virtudes como nosotros, trataremos de desnudar sus virtudes y de esconder nuestros deméritos como nuestro poco presupuesto, falta de fichajes, que no ganamos desde hace mucho la liga, que tenemos muchos canteranos o lo que quieras decir. La gente de fuera de Murcia se encarga de decir todos los problemas que tiene ElPozo y ya me tiene un poco cansado.

Como jugador sufrió en España una de las épocas más gloriosas de ElPozo€

Mira, yo me comí un 11-1 aquí con Santiago (risas). Y eso que jugaba con Toni en la portería, con Betao, Alemao... Tenía un equipazo y terminé octavo, clasificándonos para el play off en la última jornada y con descensos de auténticos equipazos. La liga era impresionante y yo creo que cada vez se asemeja más a eso. Lo que pasa que si me pongo a pensar en los demás pierdo energía. Tenemos grandes virtudes y algunos defectos, aumentaremos unos y esconderemos otros, y desnudaremos los defectos de los rivales. Todos hablan de que si no fichamos, si ElPozo no gana, que si la gente perdió el entusiasmo y de miles de cosas que ya me están cansando. Que alguien me diga que el Inter o el Barça son invencibles, ¿alguien lo cree?, yo no. Tenemos que cambiar esa visión y en vez de hablar de lo que no tenemos nosotros, ¿por qué no vemos que los demás no son perfectos?

Sobre la gestión y configuración de la plantilla. ¿Hay sobreexposición de los jugadores en redes sociales y medios?

Lamentablemente es inevitable, tengo que decir personalmente me manejan las redes sociales. Yo no sé, ni me interesa, ni nunca voy a publicar si fui al baño, si fue a un aeropuerto... Personalmente me lo tomo así, creo que no tienen importancia en la vida. Si se diera la circunstancia, lo hablaría más como persona que como jugador o entrenador. No voy a seguir a los jugadores y no me interesa lo que piense la gente, sino que me importa lo que veo en los ojos y lo que intuyo del corazón de una persona, así que no me va a cambiar la opinión lo que pueda decir la gente ni lo que vaya a decir alguien en una red social. Yo me dejo intuir por lo que veo y siento, no por lo que leo y escucho.

¿Cómo ve Diego el fútbol sala actual? ¿Ha cambiado mucho de cuando era jugador? ¿Había antes mucha más libertad para un jugador creativo o es ahora todo algo más mecánico?

Mecánico no. Es simple, el fútbol sala tiene pocos años de historia, mientras que el fútbol, por ejemplo, tiene más de cien. Imagina si este deporte con tantos años de historia se sigue revolucionando y evolucionando con los años que tiene, piensa en el fútbol sala después de tres décadas. Lo tomo con normalidad, hoy el deporte se hizo más profesional y por tanto los jugadores son más profesionales, así como los preparadores físicos y los entrenadores. Antes ponías a un jugador con ocho kilos de más y era un fenómeno porque lo único que interesaba era la técnica. Hoy ya no, hicieron que necesites además de la técnica la parte física, la parte mental, la táctica y hay que adaptarse a esa realidad. Para mí, el fútbol sala evolucionó y se equilibró para arriba, muy para arriba. Hay que encontrar el modo de hacerlo espectacular, de hacer un producto vendible y creo que en España lo lograron con creces, así que me lo tomo con total normalidad. Hay que ser responsable y evolucionar junto al deporte y esa es mi tarea como entrenador. Dentro de 10 años el fútbol sala será otra cosa y uno se tendrá que adaptar.