Antonio Ruiz Abellán, quien fue jugador del Real Murcia de la década de los 60 y 70, ha fallecido a la edad de 71 años.

Fue un centrocampista que debutó en Primera División con 17 años. Aunque se licenció en Derecho, nunca llegó a ejercer la abogacía y en 1976 decidió retirarse para dirigir una empresa de suministros industriales en la calle San Nicolás.

Sus restos mortales están siendo velados en el Tanatorio de Jesús.

Nacido en la calle Riquelme y criado en la plaza de San Nicolás de la capital, entregó su juventud al equipo de sus amores, un Real Murcia en el que jugó 13 años y en el que llegó a convertirse en uno de los iconos para la afición murcianista. Es uno de los pocos futbolistas que pueden presumir de haber dedicado toda su vida deportiva a un solo equipo, el grana.

Desde niño, Ruiz Abellán tenía claro que el deporte iba a marcar su vida y en sus años de colegio en Maristas compaginaba el fútbol con el hockey, deportes que practicó junto a los conocidos Carlos Egea Krauel o Juan Guillamón, entre otros. Pero Ruiz Abellán, hermano del exconsejero y Defensor del Pueblo José Pablo Ruiz Abellán y tío de la concejala del ayuntamiento de Murcia Conchita Ruiz, se decantó finalmente por el fútbol y se vinculó muy joven al Murcia, en cuyo conjunto juvenil empezó a jugar con sólo 16 años en 1963 tras ser descubierto por el entrenador Fernando Vidal.

Ruiz Abellán conoció con el Real Murcia todas las categorías del fútbol español, ya que jugó en Primera, Segunda y Tercera División. De hecho, bromeaba diciendo que "cogí al Murcia en Tercera y lo dejé en Tercera tras varios ascensos hasta Primera y los consiguientes descensos". Su debut con el primer equipo grana se produjo en febrero de 1965, en un partido de Copa ante el Calvo Sotelo, éste sería el comienzo de un periodo de cinco años en los que compaginaría el filial, el Imperial, con la primera plantilla.

Pero la leyenda como tal de Ruiz Abellán en el club grana comenzaría a forjarse a principios de los años 70, cuando se dejaba la piel por el Real Murcia en los campos de Tercera, pese a que arrastraba una lesión de menisco desde cinco años atrás, para convertirse en un ídolo de la afición de La Condomina. Luego conseguiría dos ascensos consecutivos a Segunda y Primera División, categoría en la que jugó en las temporadas 1973-1974 y 1974-1975, ambas a las órdenes de Felipe Mesones, y en las que jugaría 21 y 17 partidos, respectivamente. De esa época tenía uno de los mejores recuerdos de su carrera deportiva, y fue su debut en el Santiago Bernabéu, donde jugaría en dos ocasiones, logrando en una de ellas un histórico empate (1-1), único resultado positivo que el Real Murcia ha cosechado en el coliseo madridista.

Pero la historia en letras de oro de Ruiz Abellán se escribió junto a sus paisanos en La Condomina, donde era el dueño del centro del campo, y donde recibió el apodo de Don Antonio, debido a su señorío y gran técnica. Era el tercer jugador, y el último hasta el momento, que ha recibido ese distinguido apodo en el club grana. Además en el estadio de la Puerta de Orihuela vivió momentos históricos como el debut de Johan Cruyff en el fútbol español.