El culebrón sobre la salida de Alejandro Chavero había tomado tintes dramáticos. Unas horas después de que el jugador pusiera al club contra la espada y la pared, y de que el Cartagena le abriera un expediente disciplinario, se ha confirmado su marcha a otro equipo del grupo IV, el Ibiza. La situación, enquistada desde el pasado mes de julio, era ya irreversible después de la guerra abierta entre el futbolista y la entidad albinegra, que se negaba a dejarle salir gratis, sin que se abonara su cláusula o se llegara a un acuerdo. El comunicado que Chavero lanzó el domingo a través de la red social Twitter ha precipitado los acontecimientos, y en menos de 24 horas, se ha convertido en jugador del Ibiza.

Chavero había pedido la baja el pasado mes de julio. Comenzó la pretemporada a las órdenes de Gustavo Munúa, pero no había jugado en los dos últimos amistosos, a la espera de que se resolviese su situación. Durante el verano, el club insistía en que apoyaba al futbolista, pero apuntaba que quién quisiera llevarse a Chavero tendría que pagarlo.

El domingo por la noche, el jugador utilizó su cuenta de Twitter para exponer los motivos personales por los que quería irse y defenderse de «insultos y faltas de respeto»: «Siempre que me he puesto la elástica albinegra, lo hice con muchísimo orgullo e intenté dar el máximo de mí. Estuve jugando dos meses casi sin entrenar, mientras mi padre estaba en coma, muriéndose en una cama de hospital por una leucemia. Falleció y en vez de quedarme en casa con mi familia a pasar el duelo, estaba jugando en Nueva Condomina», dijo el jugador. «Así que no voy a permitir que nadie dude de mi compromiso con este escudo», añadió.

Respecto a su situación actual, el jugador ya había alegado motivos familiares para explicar su marcha, pero el domingo los explicó con pelos y señales: «Tengo a mi mujer embarazada de mi cuarto hijo. Tiene un quiste municioso con calcificaciones en la cabeza del páncreas. En la primera endoscopia nos dijeron que el líquido que tiene dentro del quiste es moco, lo cual con el tiempo se podía hacer cáncer y hay que quitarlo. La operación es muy complicada», detalló el futbolista catalán. Posteriormente, apuntó que tiene la oportunidad de irse a otro club que se haría cargo de su problema y la llevaría al mejor oncólogo de España, el doctor Guillem. Todas las miradas apuntaban hacia el Hércules como el club más interesado en los servicios del mediocentro catalán, pero jugará en el Ibiza, un recién ascendido a la división de bronce que militará en el grupo IV, ocupando la plaza que dejó vacante el Lorca FC. Por tanto, Chavero tendrá que regresar al Cartagonova esta temporada.

En la parte más dura del comunicado, Chavero arremetía contra el Cartagena porque el club no le «pone ninguna facilidad, sino todo lo contrario». «Se quiere hacer caja conmigo, cuando yo al club no le costé nada», criticaba el futbolista. El director general del club albinegro, Manuel Sánchez Breis, se apresuró a responder en la misma red social que las palabras de Chavero le parecían «muy injustas».

Amenaza de despido

Ayer por la tarde, el Cartagena tensó aún más la cuerda al abrirle un expediente disciplinario a Alejandro Chavero, como respuesta a sus declaraciones. El club consideraba que se trata de una «infracción muy grave» del régimen disciplinario, porque sus palabras «atentan contra la dignidad del club». Por tanto, le imponían una multa que podría alcanzar los 9.000 euros y amenazaban con despedirle. Además, insistían en que la única forma de que Chavero se marchara sería abonando su cláusula de rescisión, que asciende a 400.000 euros, o negociando con la directiva un precio, «con 50.000 euros como punto de partida». Mientras tanto, le daban vacaciones hasta el 3 de septiembre para que solucionara sus problemas personales y se aclarara su futuro.

En apenas cuatro horas, el Cartagena, el Ibiza y el propio jugador llegaron a un acuerdo para desbloquear la situación, aunque se marcha del conjunto cartagenerista en pleno enfrentamiento con la directiva y con parte de la afición.

Chavero avanzó el domingo que daría una rueda de prensa con todas las explicaciones pertinentes. Por su parte, el club le pide que rectifique «tras las desafortunadas declaraciones en las que daña tanto la imagen del club como de una afición que siempre le ha respetado y apoyado durante su estancia en el club». El jugador, en declaraciones a Onda Regional, dijo que no se arrepiente del comunicado que lanzó y que no cree haber dañado la imagen del club albinegro.

Con su salida, el club debe buscar a otro centrocampista que cubra su ausencia. Por el momento, solo cuentan con tres centrocampistas en la plantilla: Miguel Ángel Cordero, Álvaro Queijeiro y Adama Fofana. Además, cabe la posibilidad de que el costamarfileño salga cedido.