José Antonio Carrillo Morales (Cieza, 27 de noviembre de 1956) es licenciado en Medicina, aunque él, en realidad, donde se ha doctorado es como entrenador de atletismo. En su juventud fue atleta, en concreto fondista, y en el Maratón de Madrid de 1983 logró la marca para poder participar en la de Nueva York, pero económicamente no se lo pudo permitir. En realidad su vocación era de entrenador y por ello, en 1981, inspirado por la película Carros de fuego, fundó junto a un grupo de ciezanos el Athleo Cieza, un club que se ha convertido con el paso del tiempo en una referencia internacional. Carrillo estaba especializado en las carreras hasta que un día su club necesitó para una competición un atleta para los 3.000 obstáculos y otro para la marcha. Entonces apareció Fernando Vázquez, su primer internacional, y ayudado por su amigo José Belmonte, empezaron a entrenar a un joven que ya en las primeras pruebas dio muestras de poder llegar lejos. A la misma vez que el deporte español recibía una gran inyección económica para los Juegos de Barcelona, en Cieza, con medios limitados, se estaba gestando algo grande. Carrillo, que es radioaficionado y miembro de la hermandad del Besjo de Judas -en 21010 fue Nazaranero de la Semana Santa de Cieza-, fue perfeccionándose a sí mismo y también a los atletas que empezaron a pasar por sus manos. Tras Vázquez, su primer olímpico -Atlanta 96-, llegó Juanma Molina, con quien Carrillo logró su primera medalla internacional absoluta, el bronce en el Europeo de 20 kilómetros de Múnich, al que se sumó el quinto puesto en los Juegos Olímpicos de Atenas y el bronce, en este caso en un Mundial, en Helsinki 2005. Casi paralelamente empezaba a dejar de ser una promesa Benjamín Sánchez Bermejo, olímpico en Pekín 2008 y Londres 2012, mientras que Miguel Ángel López Nicolás, quien había llegado desde Llano de Brujas, ya daba muestras de lo que era capaz. La mano de Carrillo se notaba en la técnica de sus atletas, cada vez más depurada, llegando a rozar la perfección.

Pero Carrillo no solo entrena a atletas de la Región. Su fama fue creciendo y debido a sus cargos de responsabilidad en la Federación Española, fueron llegando hasta sus manos marchadores de otros puntos del país como Luis Miguel Corchete. Pero el último que se incorporó a su nómina fue el nuevo campeón de Europa, Álvaro Martín, quien siempre había declarado su admiración por la exquisita técnica de Miguel Ángel López. El pasado mes de febrero empezó a supervisar sus entrenamientos, pero es desde junio de este mismo año cuando se ha hecho cargo de su preparación. El últimos mes y medio los tres han estado concentrados en Navacerrada, alejados del ruido.

Ayer, en las calles de Berlín, Carrillo presenciaba como Martín le arrebataba la corona continental a López. Fue un día de contrastes para él, quien hasta hace unos años se tenía que tormar un orfidal antes de las grandes competiciones para poder mantener la calma.

El ciezano, quien se ha convertido en uno de los referentes técnicos de la marcha mundial, que ha logrado hacer famosa la 'escuela de Cieza', se tomará ahora unos días de vacaciones para disfrutar de sus nietas, pero en septiembre, ese nutrido grupo de atletas a los que dirige y sienten admiración por él, como los prometerdores Manuel Bermúdez, Iván López Pérez o Irene Vázquez, entre otros muchos, volverán a sentir la dureza de sus entrenamientos y la ternuna de sus consejos.