La española Carolina Marín, que el pasado fin de semana se ha proclamado por tercera vez campeona del mundo de bádminton en la ciudad china de Nankin, pasó ayer por las instalaciones de la Universidad Católica de Murcia, donde estudia el Grado de Fisioterapia.

La tricampeona del mundo llegó a la universidad murciana arropada por Pablo Rosique, director de deportes de la UCAM, y José Luis Mendoza, quien quiso agradecer «todo lo que está haciendo por el deporte español».

Nacida en Huelva hace 25 años, Carolina Marín se ha convertido en la deportista con más mundiales de bádminton de todos los tiempos y ha conseguido que la gente hable de su deporte en España. «Para mí, ver que un padre juega con su hijo al bádminton en la calle es un auténtico orgullo», dice Marín, quien ha comentado entre risas el «gusto» que le provoca haber ganado el Mundial en China, cuna de las mejores jugadoras de bádminton asiáticas.

Posteriormente, la actual campeona olímpica quiso definir «la línea ascendente» que está experimentando como deportista, tras haber «superado los problemas físicos y personales» que le habían lastrado el último año y medio. «A veces hay que bajar un poco para subir con más fuerza», reza la onubense, añadiendo que «en este proceso ha sido muy importante la psicología y el trabajo físico». «Yo, técnicamente, no soy de las mejores jugadoras del mundo; sin embargo, creo que el apartado del trabajo y la mente han sido la causa de mis victorias y de que haya sido tan determinante en la pista», dice Carolina.

La Sala Capitular de la UCAM fue testigo de una gran afluencia de jóvenes jugadores de bádminton, a quienes Carolina quiso transmitir la necesidad de llevar a cabo lo que les haga felices. «No os voy a decir que practiquéis bádminton; haced simplemente lo que os haga disfrutar. Eso hice yo sin pensar en lo que le gustaba a la mayoría», expuso la aspirante al próximo Premio Princesa de Asturias.

La irrupción de la jugadora andaluza en el panorama mundial del bádminton, representando a un país que nunca había tenido tradición en esta disciplina, no solo ha puesto en conocimiento de los españoles la existencia de otro deporte más por el que interesarse, sino que también ha provocado que las licencias de este juego hayan aumentado sustancialmente desde su victoria en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

Tres mundiales no son suficientes

Pese a haber logrado un palmarés insólito con tan solo 25 años, Carolina Marín ha dejado claro ante los medios que, para ella, «esto no ha acabado». «Sinceramente, mi objetivo es llegar a ser la mejor jugadora de la historia. Para eso, debo ganar un par de mundiales más y alcanzar otra medalla de oro, por lo menos», declara.

La número ocho del ránking mundial explicó cuales son los pasos que piensa seguir para lograr convertirse en la mejor de todos los tiempos. «Lo primero será retomar los entrenamientos, tras las vacaciones, con la mente puesta en todos los torneos que me permitirán puntuar para entrar en los Juegos Olímpicos de 2020, en Tokio».

Finalmente, Carolina Marín demostró que no solamente es una fuera de serie en la cancha, sino también cuando se trata de atender a los medios de comunicación y a sus seguidores, por los que se interesó durante varios minutos después del evento.