El Cartagena solventó con nota su segundo amistoso del verano, el primero en su propio estadio. El conjunto dirigido por Gustavo Munúa dejó destellos de lo que puede ser a lo largo de la temporada y doblegó con facilidad al subcampeón de la liga australiana, el Newcastle Jets. Un Aketxe en su máximo esplendor solo unos días después de regresar al Cartagena firmó los dos primeros goles del conjunto albinegro. En el primer tiempo, un once muy reconocible (a excepción del portero) pasó por encima de su oponente. Tras el descanso, las rotaciones y la intervención del VAR permitieron recortar distancias al equipo australiano.

Seis minutos tardó Isaac Aketxe en volver a marcar con la camiseta del FC Cartagena. El equipo de Munúa salió a morder ante el Newcastle Jets, que acusó las dudas y la pasividad del inicio. El atacante vasco ya había avisado con una ocasión en el minuto 3, y a la segunda no perdonó. Su disparo potente tocó en un defensor y se coló en la portería, antes de que la grada comenzara a corear el nombre del goleador.

Poco después, la suerte le volvió a sonreír. Una jugada perfectamente ensayada la culminó Santi Jara con un tiro de volea. La diosa fortuna se alió de nuevo con el atacante bilbaíno, que anotó el segundo de la tarde.

Aketxe seguía a lo suyo, descosiendo a la zaga con cada desmarque y cada intervención. En el minuto 36, aprovechó una excelente maniobra de Óscar Ramírez para recibir y disparar a la media vuelta. El balón salió lamiendo el palo.

El Cartagena se veía favorecido por la cantidad de espacios que dejaba el conjunto australiano. Munúa cambió el equipo entero en el descanso, para dar oportunidad a los suplentes y a los jugadores del filial. El equipo lo acusó, y el Newcastle Jets recortó distancias por medio de O'Donovan, que estaba en posición dudosa, pero el VAR concedió el gol.

Una fantástica jugada individual de Carrillo se tradujo en el 3-1 para el Cartagena. De nuevo O'Donovan, esta vez de penalti, convirtió el 3-2 definitivo, aunque el propio delantero australiano estuvo a punto de marcar el empate en un tiro al palo.