La historia del fútbol lorquino, la cual se remonta más de cien años atrás, acaba de escribir un nuevo capítulo en forma de defunción de otro de sus equipos. La desaparición del Lorca FC es la sexta desde que se conoce el balompié en la Ciudad del Sol. Eso si, es la primera vez que una entidad renuncia a su plaza sin que los motivos hayan sido las deudas.

El primer tomo de esta triste colección fue escrito en los años 50: el CD Lorca no pudo seguir compitiendo al no poder hacer frente a los gastos de la época.

Seguidamente, un Lorca Deportiva que nació en la campaña 68-69, heredado por Moreno Manzaneque en la 79-80, murió tras el descenso a preferente y el impago de sus obligaciones en junio de 1994. Este equipo hizo que los aficionados tocaran el cielo al llegar por primera vez a la categoría de plata del fútbol español, en la temporada 84-85.

El verano siguiente a la desaparición del club de Manzaneque, surgió el Lorca Club de Fútbol, presidido por José Reverte. Cinco años después, en la 99-00 lo heredó Santos Márquez, quien lo enterraría en junio de 2002 al no poder frente a una deuda de un millón y medio de euros.

Un mes despues, Antonio Baños reflotó otro Lorca Deportiva tras comprar una plaza en Tercera al Balsicas. Este equipo llegó a jugar dos temporadas en Segunda División antes de pasar a manos de Manuel Muñoz Carrillo, quien lo sentenció en mayo del 2010.

Ese mismo año, el empresario de máquinas recreativas Cristobal Sánchez Arcas llegó a un acuerdo con el Sangonera y compró su plaza en Segunda B. Nacía el Lorca Atlético. Duró dos temporadas. La misma persona que le dió vida se la quitó en 2012, tras descender a Tercera.

Finalmente, llegó el empresario chino Xu Genbao, quien pagó a la Hoya Lorca casi un millón de euros por el club, mas otros cuatro que ha invertido en los dos años que ha estado dirigiendo la entidad lorquina. Genbao ha llevado al equipo a la Segunda y lo ha hecho desaparecer caprichosamente esta semana, sin tener deudas y renunciando al mas de un millón de euros que le tenía que pagar la Liga de Fútbol Profesional. La maldición de la Segunda División. Tres veces ha ascendido un equipo lorquino a esa categoría y ha desaparecido.