El Real Murcia dejó ayer las primeras pinceladas de la pretemporada. Todavía muy débiles al sumar apenas una semana de entrenamientos y por la envergadura del rival. Y es que el Sevilla, como se suponía, fue el principal dominador del amistoso que se disputó anoche en Campoamor (0-2) y salió a meter miedo a un Murcia que fue de menos a más. La presión alta por parte del cuadro de Pablo Machín, entrenador del equipo hispalense, desconcertó a los granas en los primeros minutos,y el descaro del canterano Pejiño puso en aprietos a los murcianistas con un tiro al palo junto a otra acción dentro del área en los primeros compases del choque.

Fruto de esa intensidad llegó el primer gol del encuentro con una presión que agobió al portero Tanis tras un saque de puerta y que aprovechó Ben Yedder para marcar a placer en el minuto 6. Poco a poco, el Murcia le fue perdiendo el respeto al Sevilla y con el balón comenzaron a verse las cualidades de las nuevas incorporaciones. Sobre todo las de un Álex Corredera que dejó destellos interesantes en el centro del campo junto a Miñano y Maestre. Además, la mejor noticia fue contemplar de nuevo a Víctor Curto sobre un terreno de juego. El delantero catalán lució el brazalete de capitán y volvió a recuperar sensaciones después de la grave lesión de rodilla que sufrió a finales del pasado octubre. Además, Curto contó con las dos mejores ocasiones de los granas con un disparo lejano y un centro de Corredera al que no llegó por muy poco. En la segunda mitad, con los cambios, el Murcia tuvo más presencia con el balón y un disparo de Armando se topó en un defensa. Sin embargo, el físico del Sevilla se notó más, al llevar más tiempo de entrenamientos, y tras un pase entre líneas fue Marc Gual el que recortó al portero Mackay para hacer el 0-2 en el minuto 63 tras un gol anulado anteriormente a los andaluces por fuera de juego.