Unas quince mil gargantas perdieron la voz el viernes por la noche en las gradas y el césped del estadio Nueva Condomina. Pero en el recinto murcianista no se disputó ningún partido de fútbol. Los protagonistas no fueron los jugadores del Real Murcia, ni el color que predominó fue el grana. Por primera vez desde que en 2006 abrió sus puertas, Nueva Condomina acogió un evento no deportivo, un concierto con el que, según los organizadores, el estadio murciano entra de lleno en las agendas de los productores eventos musicales.

Los chicos de la última edición de Operación Triunfo se subieron en un escenario tan bien colocado que nada más entrar al recinto se comprobaba las grandes posibilidades que ofrece la instalación murcianista para este tipo de actividades. Con la tribuna preferente prácticamente hasta la bandera y con el palco lleno de invitados, lo que más llamó la atención fue ver a miles de jóvenes sobre el césped cambiando los gritos de 'gol' por las letras de las canciones que entonaban sus ídolos.

Cuando Nueva Condomina se inauguró en octubre de 2006, el estadio construido por Jesús Samper estaba llamado a ser una de las joyas de la ciudad. Un recinto coqueto, amplio y que abría un abanico de posibilidades. Las ideas desde el inicio eran infinitas -un hotel, restaurantes, eventos musicales-. Todo un diamante por pulir. Pero con el paso de los años, la instalación murcianista se convirtió en una carga demasiado pesada, en un pozo sin fondo para unas arcas sin apenas liquidez. Jugar por la mañana, incluso, pasó a ser una obligación para ahorrar en la factura de la luz.

Doce años después de que un amistoso internacional entre España y Argentina inaugurase el recinto con lleno hasta la bandera, Nueva Condomina se ha descubierto como la joya que andaba guardada en un cajón. Las quince mil personas que compraron su entrada para el concierto de Operación Triunfo no solo disfrutaron de sus ídolos sino también de una instalación cómoda y segura. Y, a cambio, las siempre vacías arcas del Real Murcia ingresaron un buen pellizco como 'dueños' de la instalación.

La amplitud del terreno de juego, que permitía seguir la actuación sin ningún tipo de agobios; la visibilidad sobresaliente tanto desde el césped como desde la tribuna preferente; la zona de palco desde donde invitados y autoridades bailaron cada una de las canciones de los 'triunfitos'; la calidad del sonido; pero sobre todo las dimensiones. «Son tantas las combinaciones que ofrece Nueva Condomina, que es un lugar ideal para este tipo de eventos», indicaba un miembro de la organización, para añadir que el concierto del viernes «es el primero, pero no será el último, porque Nueva Condomina ya ha perdido su virginidad».

De momento, ayer sábado, más de ocho mil personas volvieron a hacer cola para acceder a la instalación grana, en este caso para ver en directo a Luis Miguel.

No solo los productores de estas dos citas se marcharon satisfechos y con el nombre de Nueva Condomina en rojo en sus agendas para próximos eventos, el presidente del Real Murcia y su familia fueron los que más disfrutaron de la noche del viernes.

Aunque Mauricio García de la Vega es el 'culpable' de que el club grana haya encontrado una nueva posibilidad de ingresos en su estadio, al ser él el que en sus meses al frente del club lo dispuso todo para que el consejo de administración presidido por Miguel Martínez firmase el acuerdo que permitía que estos dos primeros conciertos se celebrasen en el estadio grana; el que se llevó todos los honores fue Víctor Gálvez, que, cuando en la madrugada del sábado la música dejó de sonar y las luces se apagaron, se mostraba encantado de lo bien que había salido todo y del buen trabajo de las productoras encargadas del show.