Raro. Fue muy raro el juego de España tras coger ventaja ante Irán. Los aficionados sufrimos a la par que los jugadores, cuando debería haber sido al revés. Antes del afortunado gol de Diego Costa era impotencia, pero después agonía, que es peor. Y ambos padecimientos son síntomas de desconfianza.

Nada que ver con lo vivido en el Mundial de Sudáfrica, donde nuestra solidez defensiva era pareja a la del centro del campo. Y así, los goles de Villa, de uno en uno, fueron mano de santo. Con Xavi a los mandos, nuestros futbolistas aburrían a los contrarios porque no les dejaban oler el balón. Y cuando lograban superar a nuestros jugones, llegaban con la lengua fuera y eran pasto fácil de Puyol y compañía, salvo el mano a mano de Casillas con Robben. Ahora nos llegan con dos pases en largo o en diagonal y siembran el pánico, o en cualquier saque de banda o córner. Y eso agudiza la falta de confianza. Como en Brasil 2014 fue la apática lentitud.

¿Dónde está el problema? Es la incógnita que debe resolver Hierro. Tal vez Busquets no esté en la forma que acostumbraba. Quizás contagie la inseguridad de De Gea desde su fallo ante Cristiano. O seguramente nos falta ese medio que imante el balón y lo desplace a los lados con la seguridad de los recordados Xavi y Xabi Alonso. Si analizamos el equipo, tenemos centrales de garantía, laterales rápidos y peloteros, varios jugones delante y un delantero en gracia de gol. Pero falta quien ordene nuestro juego. Podría ser Thiago, que le sobran cualidades, pero también le sobran amagues inocuos, pérdidas peligrosas y sobo. Y es extraño, porque tuvo tiempo y ocasión de aprender de quien pensábamos que sería sucesor. Ahora se agiganta la figura de Xavi Hernández, mejor jugador según la UEFA del Europeo del 2008, con Senna de escudero, y nuestro guía en el Mundial del 2010 con Xabi y Busquets guardándole las espaldas. Eso era seguridad; base de la confianza.

Es solo una idea, como puede haber otras, pero nos lleva a otra conclusión. Si nos van a marcar en cada partido, que camino de eso llevamos, debemos ganar arriba. Habrá que plantearse más opciones de gol, para lo que deberíamos jugar con otro delantero. Iniesta y Silva no están para muchos trotes aunque todavía manejan el preámbulo de gol como pocos. Igual que Isco, pero el malagueño tiene más juego por edad y estado de forma si no se pierde en regates y conducciones estériles en medio campo. También creo que Aspas debería jugar siempre en esta selección para aprovechar las segundas jugadas de Costa y los pases de los medios. El otro día jugamos mucho tiempo con diez: Lucas Vázquez se limitó a abrir el campo estáticamente por la derecha para que entraran Silva hacia dentro, pero taponó a Carvajal. Y, además, seguimos empeñados en cargar el juego por la izquierda.

Puede ser el momento de ganar confianza con Thiago por delante de Busquets en algún partido, aunque Koke o Saúl sean imprescindibles en otros por su brega y tiro desde fuera, con Isco, Aspas y Costa frente a la portería. Lo malo de eso sería sacrificar a Silva, que quizá fuera un buen revulsivo, como Asensio; porque la hora buena de Iniesta parece indiscutible. Ya ven que me salió el seleccionador que todos albergamos.

Por lo demás, Argentina sigue siendo la banda que aburre desde hace demasiado, y así, ni Messi ni ´San Messi´ puede hacer nada más que obrar milagros esporádicos. Nigeria les ha dado otra vida, pero si no superan el muermo que arrastran también los rematará. Brasil asusta más de nombres que de hombres, con un Neymar decorativo, chispeante y provocador, por buen futbolista que sea; Gabriel Jesús de eterna promesa y Coutinho, Thiago Silva y Marcelo de verdaderas figuras. Alemania está cardíaca, Francia ramplona y solo Croacia, México y Bélgica dan la talla en un Mundial tan raro como nuestra falta de confianza.

Y ya, puestos en ganar a Marruecos, preocupa más Uruguay que Rusia; tiene dos centrales muy seguros y dos delanteros de cuidado: Godín, Giménez, Suárez y Cavani serían titulares en cualquier equipo de postín, mientras en Rusia luce sobre todos Cheryshev, viejo conocido y suplente en el Villarreal. Que Dios reparta suertes y no nos olvide. Tal y como están los grupos y el cuadro de cruces, siendo primeros iríamos por autopista; de segundos, por las siete revueltas.