Los accionistas del Real Murcia han aprobado este mediodía con muchos meses de retraso el balance económico del ejercicio 2016-2017, que se ha cerrado con unas pérdidas de dos millones de euros. La deuda de la entidad grana a 30 de junio de 2017 es de 53 millones de euros. Con el voto a favor de Raúl Moro, que fue ejercido por Víctor Gálvez, las cuentas han sido aprobadas. La próxima medida del consejo de administración será establecer las medidas para evitar que se entre en causa de disolución.

Aunque habrá que esperar dos meses, Víctor Gálvez anunció que en 60 días se convocará una junta de accionistas en la que se aprobará una ampliación de capital de dieciocho millones de euros. Con esta medida, el oriolano pretende no solo dotar de liquidez al club sino además solucionar el problema de la propiedad de la entidad, ya que de esa ampliación podría salir el nuevo propietario, dejando sin validez las acciones que defiende tener Mauricio García la Vega o el propio paquete que Gálvez compró a Raúl Moro y que, según ha explicado, no tendría ningún valor.