Se daba prácticamente por hecho el verano pasado, cuando arrancaban a gestarse los primeros proyectos durante la pretemporada de la campaña 20172018. El grupo inversor que desembarcaba en el Extremadura UD meses atrás inyectaba un presupuesto de 1,7 millones de euros para gestar a un equipo candidato al liderato y, por consiguiente, al ascenso a Segunda División. Pero en fútbol, precisamente, no hay ningún libro que garantice que el dinero otorgue el mayor de los éxitos a los clubes.

Pese a conformar una plantilla imponente para la categoría, el técnico Juan Sabas se veía obligado a abandonar el barco azulgrana antes de empezar la pretemporada, tras cosechar malos resultados en los primeros amistosos que disputó el Extremadura. Sin embargo, el cambio de técnico sentó bien al conjunto de Almendralejo, que justificó la inversión millonaria con buenos resultados. Pero cuando la exigencia sobrepasa límites prácticamente inhumanos, todo lo que no sea acumular victorias termina por hacer temblar los cimientos de un proyecto.

El Extremadura UD ha visto pasar por su banquillo, desde la marcha de Juan Sabas en pretemporada, a tres entrenadores más: Agustín Izquierdo, Manolo Ruiz, y Rafael Martín Vázquez. Pero la trayectoria, de más a menos durante la campaña, llevó a los dirigentes azulgranas a cerrar el círculo. A falta de dos jornadas para el final de la temporada regular, el Extremadura hacía oficial la marcha de Martín Vázquez y contrataba, de nuevo, a su primer técnico. El Lunes 30 de abril regresó Juan Sabas con el Extremadura en el alambre, quinto y con los mismos puntos que el Villanovense.

Pero cuando menos se confiaba en la plantilla, Juan Sabas obró el milagro. Ganó al Mérida en el derbi extremeño (0-2), arrasó al Betis Deportivo (5-0) y confirmó su clasificación para el play off como cuarto, pero con los mismos puntos que el UD Melilla de Manolo Herrero, nuevo técnico del Real Murcia.

A punto estuvo de despeñarse un proyecto concebido para arrasar, y que Juan Sabas salvó de forma providencial sobre la bocina. Pero una vez conseguido lo más difícil, llevar al equipo a la fase de ascenso, el Extremadura ha demostrado tener tablas para ser un firme candidato para alcanzar su particular gloria, aunque no sin sufrimiento. Eliminó al Deportivo Fabril en la primera ronda gracias al valor doble de los goles en campo contrario, tras ganar 2-1 en Almendralejo y caer 3-2 en tierras gallegas. En ese choque de vuelta, lo hizo de forma épica, marcando el minuto 90 el gol que deshacía el empate global. Ya en la segunda ronda de este play off, le tocó lidiar con un campeón de grupo que venía de caer frente al Mallorca, el Mirandés. El Extremadura no pudo empezar peor la eliminatoria tras caer 0-1 en Almendralejo, pero gracias a un doblete de Zarfino, los de Juan Sabas voltearon el marcador global para llegar hasta aquí: la eliminatoria definitiva ante el FC Cartagena.

Ahora, el campeón del Grupo IV y el cuarto clasificado se ven las caras de nuevo. Los dos precedentes de la temporada regular favorecen al FC Cartagena, que empataba (1-1) en tierras extremeñas y sacaba una victoria cómoda pese al resultado final (3-2). Los albinegros endosaron tres tantos a su rival en setenta y ocho minutos, pero los azulgrana maquillaron el marcador en las postrimerías del choque. Por todos es conocido el potencial ofensivo del último rival del FC Cartagena, el cual representa de forma imperante el atacante catalán Enric Gallego. Tras firmar veintidós tantos en el Cornellá, el Extremadura desembolsó 150.000 euros durante el pasado mercado de invierno para hacerse con sus servicios. Tras su desembarco en Almendralejo, ha sumado otras diez dianas, más otro tanto en cuatro partidos durante esta fase de ascenso.

No cabe duda de que este Extremadura, al menos en cuestiones de confianza, se parece muy poco al que visitó el Cartagonova hace dos meses y medio. En el play off no hay rival fácil, y menos en una final por el ascenso.