Aunque los aficionados del Real Murcia han tenido que esperar más días de los que les prometió el club para anunciar al nuevo inquilino del banquillo, lo cierto es que la entidad grana confirmó ayer que Manolo Herrero será el entrenador para el proyecto deportivo de la campaña 2018-2019, una decisión que era un secreto a voces, ya que desde el pasado domingo por la noche el acuerdo entre ambas partes era ya definitivo, aunque los dirigentes murcianistas también han querido escuchar más propuestas antes de confiarle a nadie el primer asiento del banquillo.

Con la incorporación de Herrero como relevo de un José María Salmerón que al final no ha querido asumir el riesgo de pasar otra campaña repleta de incertidumbre y de sobresaltos, el Murcia se asegura un entrenador con mucha experiencia en la categoría, ya que va a cumplir su décimo curso en los banquillos tras su llegada a Nueva Condomina y que en 2013 ya consiguió con el Jaén exactamente lo mismo para lo que le ha contratado el Murcia, para conseguir el ascenso a Segunda.

Además de partir con la presión añadida de que el presidente, Víctor Gálvez, quiere un equipo que vaya «primero durante todo el curso», el también exfutbolista tiene otro frente abierto que pasa por ser una de las claves del siguiente proyecto deportivo, ya que algunos jugadores con contrato en vigor tienen firmadas «cantidades inasumibles» para esta entidad, tal y como han comentado públicamente voces autorizadas desde Nueva Condomina.

Por lo tanto, a día de hoy y a pesar de tener ya 'atado' al entrenador, lo cierto es que algunos de los mejores futbolistas de la plantilla que tienen una temporada más de contrato, como son los casos del portero Biel Ribas, del defensa Pedro Orfila, del delantero Pedro Martín y el central David Mateos, no tienen asegurada su presencia en el nuevo proyecto, salvo que estén dispuestos a rebajar sensiblemente sus salarios, unos sueldos con los que el anterior director deportivo, Deseado Flores, confeccionó una plantilla a golpe de talonario que ahora mismo es imposible sostener, según han desvelado los nuevos gestores.

La última experiencia de Manolo Herrero en un banquillo es precisamente la del último curso, ya que el entrenador de Jaén ha dirigido al Melilla, club con el que terminó en quinta posición y con el que ha estado cerca de disputar el play off de ascenso. Previamente había estado una campaña dirigiendo a la Ponferradina, dos al Hércules de Alicante en tramos diferentes, donde llegó a eliminar al Murcia en la primera ronda del play off con José Manuel Aira en el banquillo grana y cinco campañas consecutivas, desde 2009 a 2014, dirigiendo al Jaén, club al que llegó a llevar de la mano al fútbol profesional en la 2012-2013.

En el manual de estilo de Manolo Herrero prima la vocación ofensiva de sus equipos, ya que como ha reconocido el propio técnico en más de una ocasión, «mis equipos no saben esperar atrás y ver qué pasa», por lo que posiblemente el público del Real Murcia tenga la ocasión de ver algo diferente a lo de la última temporada, aunque necesitará buenos jugadores para conseguir un equipo que, como quiere el presidente, sea capaz de marcar la diferencia.