El UCAM Murcia Club Baloncesto conoció ayer que Ibon Navarro Pérez de Albéniz, su entrenador durante el último curso, no seguirá en el banquillo, rechazando la oferta de renovación que le había lanzado por dos temporadas con una opción de corte al final de la misma. El ofrecimiento realizado por el MoraBanc Andorra al representante del vasco, Misko Raznatovic, convenció más económicamente, tanto a nivel personal como de presupuesto para la plantilla, a Ibon Navarro, quien se va a un conjunto que ha disputado esta campaña los play off por el título y se ha clasificado para la Eurocup.

La salida de Joan Peñarroya del equipo del Principado y la negativa de Jaume Ponsarnau, quien se ha comprometido con el Valencia Basket, propició que Francesc Solana, director deportivo de los andorranos, se lanzara a por Navarro para mantener el estilo de juego y el perfil implantado por su antecesor, quien estuvo ocho temporadas en el banquillo. De esta forma, el UCAM Murcia se encuentra por quinto verano consecutivo sin entrenador. Desde que tras la 2012-2013 renovó su compromiso Óscar Quintana, el club se ha encontrado con la necesidad de cambiar de preparador todos los meses de junio. Tras la 2014-2015 no ofreció la continuidad a Diego Ocampo, pero esa situación sí se dio en la 2015-2016 con Fotis Katsikaris. El griego rechazó la propuesta tras meter al equipo en los play off para marcharse al Lokomotiv Kuban ruso. El club apostó entonces por el regreso de Quintana, que resultó un fracaso, ya que en enero fue despedido para regresar entonces Katsikaris, que dos meses antes había puesto fin a su etapa en Rusia y que estaba residiendo en Murcia por estar aquí su familia. Al final de la 2016-2017 volvio a intentar el UCAM Murcia mantener al griego, que sacó al equipo del descenso y lo clasificó para la Champions League, pero el Hapoel Jerusalem se cruzó en su camino, como ha ocurrido ahora con Ibon Navarro, un técnico por el que aspotó la entidad que preside José Luis Mendoza pese a llegar de sufrir un descenso con el Manresa.

Ahora, tras completar una buena campaña en Murcia, el vasco ha estado en la agenda de varios clubes. La intención inicial del entrenador de Vitoria antes de comenzar el tsunami de banquillos en la ACB era quedarse. De hecho, desde la semana pasada tenía la oferta de continuidad en su mesa, pero el club no le pudo garantizar qué presupuesto tendrá para la composición de la plantilla, puesto que aún está trabajando en ello el director general, Alejandro Gómez, quien un verano más se está encontrado con dificultades para poder mantener el estatus que tiene actualmente el club. El vasco y el madrileño estuvieron reunidos el lunes, para ayer volverse a sentar a la mesa, en este caso para comunicar Navarro que había tomado la decisión de aceptar la propuesta, también por dos años, del Andorra, un club que cuenta con un fuerte apoyo del Principado.

En su carta de despedida, que se publicó dos horas después de anunciar este diario la noticia en su página web, Ibon Navarro tenía palabras de agradecimiento para todos los estamentos. Al cuerpo técnico, por «su dedicación, profesionalidad y lealtad»; a la afición, «por haber creído siempre en estos jugadores»; al presidente, por ser «una persona ambiciosa y carismática»; a los jugadores, por la «capacidad de esfuerzo y superación. Sois lo mejor de este negocio y portadores del ADN de este club»; y al director general y de márketing, José Miguel Garrido, por ser «cómplices en todo lo que ha salido bien».

«No ha sido fácil tomar esta decisión», decía, para justificar su marcha en que «siempre he dicho que la comodidad y el sentirse bien es el mayor enemigo de un entrenador. Ha surgido la oportunidad de una nueva aventura, con nuevos retos y en la vida profesional hay que estar preparado siempre para intentar superarse», matizando también que «el club ha hecho el mayor esfuerzo posible para que nos quedáramos. Si ya estaba muy agradecido por la apuesta del verano pasado, y he intentado compensarlo con todo mi esfuerzo, ahora lo estaré eternamente por ese intento», comentó. Ahora se abre un período de reflexión en el UCAM para elegir bien al sustituto, aunque la prioridad ahora mismo es cerrar el presupuesto.