La tarde comenzó descafeinada. El dolor de lo que sucedió en Majadahonda aún escocía en la ciudad, y el estadio no presentaba su mejor entrada. De hecho, acudió menos gente que en el último partido de liga, contra el Écija, y, por supuesto, no tanta como en la ida ante el Rayo Majadahonda. De no ser por un gol en el minuto 97, el Cartagonova acogería un duelo casi intrascendente por ver quién es el campeón de Segunda B, y no el segundo de los cuatro que el Cartagena tiene que disputar para retornar a Segunda. Aún así eran 9.328 espectadores los que alentaban al equipo, que necesitaba del apoyo de su gente para superar a un Celta B duro de pelar.

El resultado de la ida dejaba bien claro que la eliminatoria permanecería abierta hasta el último instante. El golazo de Gaspar calmó los ánimos, pero transcurrían los minutos y el guión se parecía demasiado al del Cerro del Espino. Cualquier jugada absurda, cualquier llegada al área, colocaba a los vigueses en la última ronda de play-off gracias al valor doble de los goles fuera de casa.

En la grada se veía incluso una bandera del Deportivo de La Coruña, por aquello de la eterna rivalidad. En el último derbi gallego la afición de Balaídos, para celebrar el descenso de los coruñeses coreaba: «El año que viene, Depor-Celta B». No será posible.

El nudo en la garganta de los hinchas del Cartagonova se hacía aún más incómodo cuando el Cartagena no cerraba el partido en la segunda parte. Ante un Celta B volcado, Owusu perdonó la ocasión; la misma que falló Moussa hace dos semanas. Pero el gol del Celta B, el que podría haber supuesto la hecatombe definitiva, nunca llegó.

Así pues, el Cartagena regresa al punto de partida, donde estaba hace menos de un mes. El equipo se ha levantado de su caída más dura, y la afición, sobre todo los más fieles seguidores albinegros, continúan del lado del equipo para que por fin ascienda a Segunda División, aunque sea por el camino más tortuoso.

Ante la mirada del capitán

La grada estaba plagada de personajes ilustres, aunque destacaba por encima de todos el ex capitán del FC Cartagena, Mariano Sánchez, el hombre que más veces ha vestido la equipación blanquinegra. También estaba otro ex jugador de la plantilla, el defensa Carlos David, que esta temporada ha ascendido a la máxima categoría en las filas del Huesca. Jugó en el Cartagena una sola temporada, la 2012-2013, la del regreso a Segunda División B.

Por parte del Celta de Vigo, viajaron a la ciudad portuaria el presidente de la entidad Carlos Mouriño, y su director deportivo, Felipe Miñambres.

También aparecieron por el Cartagonova otros ilustres del fútbol de la Región de Murcia, algunos con pasado en la entidad cartagenerista, como Palomeque (que esta campaña ha entrenado al Lorca Deportiva) o el director deportivo Pedro Reverte. Y, por supuesto, Lucas Alcaraz, un trotamundos del fútbol español, que ascendió al Real Murcia a Primera a 2007 y que esta temporada fue destituido en el Almería.