Con solo 22 años de edad, la vida de Rafa Jordá ha dado un giro radical. Jugador de baloncesto desde que tenía siete -pasó por las bases del UCAM Murcia, Maristas y San José de la Vega-, esta temporada recibió la oportunidad de militar en un equipo de EBA, el Innova Begastri. Pero un infarto durante un partido lo cambió todo, aunque ahora es feliz por poder contarlo.

¿Después de casi tres meses desde que sufrió el infarto, cómo es su vida ahora mismo?

La verdad es que ahora estoy bastante más relajado. Al principio todo fue difícil, porque fueron dos semanas en el hospital y no sabía muy bien qué me había pasado, pero una vez salido de allí, he ido asimilando poco a poco con el tiempo libre que he tenido todo lo ocurrido. Me he dedicado a estudiar y a pasar el tiempo con mis seres queridos, y ahora estoy muy tranquilo y dando gracias porque he tenido mucha suerte.

¿Pero no recuerda nada de lo que pasó aquél día?

Tengo algún recuerdo de aquella mañana antes del partido, no me acuerdo de ir al partido, de estar en el pabellón de Calasparra, que fue donde se jugó, ni tampoco de llegar allí en el coche. Y por supuesto, de volver en la ambulancia, tampoco tengo ningún recuerdo.

¿Ni siquiera tiene ningún recuerdo del partido?

Nada, me cuentan algunas cosas y me viene algún flahsback, pero no recuerdo absolutamente nada.

¿Le han dicho los médicos por qué sufrió las arritmias?

Pues creen que es por una miocarditis, pero no están seguros. Es como una inflamación del miocardio que está en el corazón y el origen está un virus que sufrí un mes antes. Se supone que por el virus enfermas un tiempo antes y que después sufres la miocarditis, pero ni siquiera se puede decir que haya sufrido eso al cien por cien.

Pero usted jugaba al baloncesto desde niño. ¿Nunca le habían detectado nada?

Sí, he jugado al baloncesto desde los siete años y nunca había sufrido ni una lesión. En algún electro de niño me salió algo extraño, como le expliqué a los médicos, pero dicen que eso no tiene nada que ver con lo que ha ocurrido ahora, que era totalmente distinto. Para el problema que he sufrido ahora no hay ningún síntoma.

¿Y cómo ha asumido esta nueva situación?

Bueno, es un poco duro porque después de tanto tiempo jugando, se hace difícil, pero la verdad es que estoy agradecido por la suerte que he tenido, porque me han contado que esa misma semana que me pasó a mí, a un jugador de baloncesto en Estados Unidos no sobrevivió. Es duro no poder volver a jugar, pero por otro lado, puedo disfrutar de la vida. Y bueno, puedo seguir jugando aunque sea a un nivel más bajo. Seguiré jugando pachangas con los amigos, pero sin meterme mucha caña y relajado.

¿Qué límites le han puesto?

Tengo que estar tres meses sin hacer nada, ni correr y ni siquiera conducir, pero cuando pase ese período se supone que puedo hacer vida normal poco a poco, aunque ya la estoy haciendo, pero más aún. Me han tenido que poner un desfibrilador en el corazón y los primeros días me molestó un poco por la herida de la operación, pero ahora no noto nada. A lo mejor será un poco raro cuando empiece a correr, pero de momento nada.

Ha recibido multitud de muestras de cariño.

Es increíble como se ha volcado el baloncesto murciano y nacional con lo que me ha pasado. Cuando estaba en el hospital, todas esas muestras de cariño me animaron bastante y hasta vino el presidente de la Federación Española, Jorge Garbajosa, a verme. Fue increíble, no tengo palabras para agradecer todas las muestras de cariño que he recibido.

¿Qué papel tuvieron el médico que había en el pabellón y el entrenador de L'Alfas del Pí?

Fue crucial. Si no me equivoco, el médico está especializado en este tipo de urgencias, y el entrenador de L'Alfas del Pi también tenía bastante experiencia en primeros auxilios. Primero me cogió el entrenador de L'Alfas y me hizo el boca a boca, aunque no sé en qué momento fue, pero entre él y el médico del club con el desfibrilador, me salvaron la vida y me llevaron hasta la ambulancia. Si no hubiera estado un médico en el pabellón no habría tenido tanta suerte. Repito que he tenido mucha suerte de que me haya pasado en el momento adecuado y en el sitio adecuado.

Y justo el año que le llegó la oportunidad de jugar en EBA.

Pues he tenido suerte de que me haya pasado en esta categoría. La temporada ha sido dura porque no hemos conseguido muchas victorias, pero la experiencia ha sido muy chula y estoy muy contento.

¿Cómo enfoca ahora su vida?

A lo que más importancia le doy ahora es a disfrutar de mis seres queridos, mi familia, mi novia Belén, los amigos. Me dedico a disfrutar más de ellos y a estudiar y llegar lejos en lo mío, además de ayudar a los demás en todo lo que pueda.

¿Ya tiene planificada su primera pachanga con los amigos?

Me gustaría, pero aún no han pasado los tres meses reglamentarios, pero en cuanto se pasen, estoy organizándola. Echo bastante de menos el baloncesto, y estoy deseando que se pase esto rápido y acabar los exámenes para echar unas canastas.