Alberto Monteagudo sorprendió a todos hace un año, aquel 21 de mayo de 2017, cuando en el encuentro ante el Alcoyano de la primera eliminatoria de fase de ascenso jugado en el Cartagonova decidió alinear a Zabaco, Ceballos y Gonzalo Verdú de una tacada. El equipo había mostrado graves problemas defensivos y el técnico albinegro apostó por dotar al bloque de mayor contundencia de medio campo hacia atrás, a sabiendas de lo grave que es en una eliminatoria a doble vuelta encajar goles.

La apuesta frente al Alcoyano salió bien y a punto estuvo también de salirle en la eliminatoria ante el FC Barcelona B. El equipo necesitaba ganar en seguridad en esos momentos y la determinación táctica del preparador fue bienvenida por todos.

Esta temporada el Cartagena no ha sido el mismo que la anterior en ese sentido. En la segunda vuelta de la competición liguera los albinegros han mantenido el pulso del liderato a costa de ser convincentes atrás y fiables arriba.

Sin embargo, si bien en el primer encuentro de la fase por el ascenso de campeones en el Cartagonova frente al Rayo Majadahonda no sucedió, sí que lo pudimos ver en Cerro del Espino y, posteriormente, en Barreiro. Alberto Monteagudo había decidido de nuevo alinear a su trío de centrales -Zabaco, Moisés y Mejías-. Las circunstancias en uno y otro encuentro son diferentes, pero el resultado pretendía ser el mismo: acabar sin recibir un gol. En Cerro del Espino el Cartagena ofreció una imagen muy buena defensivamente hablando y anuló cualquier intención ofensiva del bloque entrenado por Iriondo. Solo la mala fortuna y la calamidad con el gol en contra impidieron el ascenso a Segunda División.

En Barreiro, el Cartagena acabó con la portería a cero con un modelo similar al de la semana anterior, con la salvedad de que el lateral derecho lo ocupaba Dani Abalo y no Hugo Rodríguez.

El empate sin goles deja la eliminatoria abierta. A favor está que no recibía gol alguno y que a excepción de algún despiste en la salida de balón, la sensación fue positiva.

En contra en el partido ante el Celta B está que el bloque albinegro perdió ofensividad y, por tanto, llegada. Dijo Monteagudo al término del choque que los dos jugadores que actuaron como enganches: Ruibal y Hugo Rodríguez no dieron al equipo frescura y profundidad. También es cierto que tanto Abalo como Jesús Álvaro, bien sincronizados cuando tocaba replegar, no se prodigaron por las bandas con la profundidad necesaria para servir balones a la primera o segunda línea del ataque cartagenerista.

En toda la temporada regular el preparador ha apostado por fijar a cuatro hombres atrás y dejar a sus dos laterales mucho espacio para que se convirtieran en la punta de lanza por los costados del equipo. Solo alguna variación en medio campo -trivote- o la utilización de un falso media punta con Rubén Cruz han surtido como variables, sobre todo en la segunda vuelta, pero la defensa era inamovible.

Para el encuentro frente al Celta B de este próximo domingo -a partir de las seis y media de la tarde-, se plantea la duda de si el entrenador se mantendrá cauto o arriesgará desde el comienzo.

El triunfo como única opción

El resultado de la ida provoca que solo la victoria sirva para pasar la eliminatoria y las estadísticas apuntan, por otro lado, que el tándem formado por Aketxe y Rubén Cruz ha anotado hasta en cuatro encuentros de esta temporada al menos un gol cada uno de ellos -San Fernando, Jumilla, Extremadura y Rayo Majadahonda- y con sus 23 goles es una de las mejores parejas de atacantes de la Segunda División B.

¿Decidirá, entonces, poner Monteagudo toda la carne en el asador desde el principio?, ¿o preferirá modificar conforme transcurran los minutos y apostar de comienzo por un bloque más consistente atrás y vertical arriba?

En las últimas semanas el equipo ha trabajado a puerta cerrada porque no ha querido en ningún momento dar pistas de qué o quién iba a saltar de inicio en las eliminatorias. El propio Abalo reconocía en Vigo el pasado domingo que el entrenador le anunció a comienzos de semana su intención de que saliera de inicio en el carril derecho.

Esta semana volverá a ocurrir lo mismo y Monteagudo cerrará la puerta del Cartagonova para evitar la mirada de curiosos y trabajar en el más absoluto anonimato para no dar pistas al oponente.