Con el 'no' del Consejo Superior de Deportes a la petición de Víctor Gálvez de considerarle dueño del Real Murcia tras su acuerdo de compra de las acciones con Raúl Moro, desde el entorno del oriolano, conscientes de que el CSD no ha pasado por alto la operación a dos bandas llevada a cabo por el extremeño y los problemas judiciales que ello puede traer en un futuro si Mauricio García de la Vega amplía sus demandas a los tribunales civiles, han decidido desmarcarse lo más rápido posible de la pelea que mantienen desde marzo el expresidente grana y el empresario mexicano. «Somos compradores terceros de buena fe», señalaba la pasada semana Toni Hernández en una entrevista en La 7, una frase que también trasladan una y otra vez los integrantes del consejo de administración murcianista, que para explicar la operación de compra firmada ante notario el 4 de abril están intentando hacer creer que no conocían el enfrentamiento entre Raúl Moro, dueño del 84% de las acciones granas desde el pasado mes de septiembre, y Mauricio García de la Vega, quien el 11 de marzo ejecutaba una cláusula para hacerse con el control del mencionado paquete accionarial.

Teniendo en cuenta que participar en una doble venta está tipificado como delito, nada más conocer el 'no' del CSD a la inscripción de las acciones del Real Murcia a nombre de Víctor Gálvez, Toni Hernández añadía en la televisión autonómica que «nuestras acciones están inscritas en el Registro Mercantil y aprobadas en junta. Estamos tranquilos y seguimos con normalidad, no ha pasado nada que no estuviese en el guión». Desde dentro de Nueva Condomina, también se agarran a que «la compra se realizó de buena fe», dejando entrever que cuando aterrizaron en la entidad grana ellos no conocían toda la polémica surgida después de que Mauricio García de la Vega anunciase que se había convertido en dueño del club el 7 de marzo.

Sin embargo, la estrategia de Víctor Gálvez de mostrar desconocimiento contrasta con los distintos movimientos que llevó a cabo el oriolano nada más llegar a Nueva Condomina, donde empezó a trabajar en las oficinas en medio del revuelo producido por la expulsión del mexicano a manos de Deseado Flores y Miguel Martínez e incluso antes de la junta de accionistas de la que saldría como presidente.

El nombre de Gálvez Brothers comienza a ser asociado con el Real Murcia después de una rueda de prensa de Raúl Moro, en la que el extremeño desautoriza la compra de Mauricio García de la Vega e indica que la empresa oriolana asumirá el pago de una nómina y tomará la gestión del club. Tras convocar y desconvocar un encuentro con los medios, la sociedad de Víctor Gálvez emite un comunicado el 15 de marzo en el que se puede leer que «en estos momentos la pretensión de 'Gálvez Brothers' no es asumir la gestión del club, responsabilidad que recae únicamente en su Consejo de Administración. Más aun teniendo en cuenta el conflicto que mantienen Raúl Moro y Mauricio García de la Vega y que confiamos se resuelva lo antes posible, preferiblemente de manera amistosa».

No es la primera vez que los alicantinos se refieren a la disputa que mantienen Raúl Moro y García de la Vega, y es que en los días sucesivos y, teniendo en cuenta que el ambiente se iba enrevesando cada vez más, Víctor Gálvez no solo se reúne en varias ocasiones con el representante mexicano para intentar llegar a un acuerdo sino que además afirma ante los medios que le ha ofrecido un millón de euros para que desaparezca de la escena y renuncie a cualquier posibilidad de seguir luchando por acceder a los despachos de Nueva Condomina. «De Mauricio García de la Vega no quiero saber nada. Me montó un espectáculo el viernes (por el 6 de abril) cuando se podría haber llevado un millón de euros por la cara», señalaba el oriolano tras hacerse con el control del consejo de administración grana y convertirse en nuevo presidente del club.

Pese a que la compra del club de Gálvez Brothers a Raúl Moro fue de «buena fe», como defendía Toni Hernández, en el contrato firmado por los oriolanos incluye una «condición suspensiva». Tal y como se puede leer en el documento enviado por Gálvez a los medios «dada la necesidad de autorización del Consejo Superior de Deportes (...), los comparecientes someten la presente compraventa a la condición suspensiva de concesión de dicha autorización en el plazo de 180 días desde la presente firma». Y es que cuando se firma la operación de venta, los medios de comunicación ya habían informado que Mauricio García había pedido al Consejo Superior de Deportes que le acreditase como dueño del club.