Tras ocho semanas al acecho del Marbella, el FC Cartagena conseguía en la jornada trigésimo quinta acceder a la primera posición y ha sido capaz de mantenerla hasta el pasado domingo, en el que un empate frente al Écija lo convertía en campeón del Grupo IV de Segunda B por tercera vez en su historia. Esta circunstancia le ha llevado a que el sorteo le haya deparado disputarse una plaza de ascenso frente a otro campeón, en este caso el Rayo Majadahonda, ganador en el Grupo I.

El sorteo deparó que los albinegros salieran el primero de los cuatro y, por tanto, el primer partido de esta eliminatoria se disputará en el Cartagonova. A última hora de ayer se anunció que el choque se disputará el sábado a las 16.15 horas y será ofrecido por beIN Sports

Hace unas semanas se le preguntaba al presidente del Cartagena qué o quiénes prefería como rivales en caso de acabar primero y había algo que tenía claro: evitar al RCD Mallorca. Salvado este primer escollo, con una eliminatoria Mirandés-Mallorca, ahora surge la gran incógnita de saber qué rival es el que se va a encontrar este próximo sábado el bloque entrenado por Alberto Monteagudo.

Es, probablemente, el menos conocido de los cuatro, aunque no es óbice para que no se valoren, en su justa medida, los méritos contraídos por los jugadores dirigidos por Antonio Iriondo.

El Rayo Majadahonda es un bloque que ha crecido a la sombra del preparador, que acumula ya cinco temporadas en el cargo. Fue él -con pasado en Manchego, Rayo Vallecano (8 partidos en Primera), San Sebastián de los Reyes, San Fernando, Toledo y hasta un breve paso por el fútbol japonés- quien marcó las pautas y el estilo de un club que si se le conoce por algo es por la enorme cantidad de jugadores que es capaz de sacar su cantera -hasta 16 futbolistas internacionales se han formado en el Rayo Majadahonda-.

Iriondo, amante del fútbol de toque y del 3-4-3, ha conseguido que tras ascender al Rayo de Tercera a Segunda B en 2015, el conjunto madrileño haya crecido cualitativamente, hasta el hecho de disputar su segunda fase de ascenso consecutiva. En sus filas tiene a jugadores forjados en la cantera como De Frutos -que se marcha al Madrid Castilla la próxima campaña-, Jeisson -con ofertas también del Madrid, Barcelona y Valencia- o Ayoub Abou. Ninguno de ellos supera los 23 años, pero todos le han dado ese punto de descaro y alegría a un equipo que no se conforma con haber sido campeón, sino que quiere el ascenso a Segunda División.

Además, el club decidió esta última campaña que José María Movilla se convirtiera en el director deportivo del equipo, lo que ha facilitado la llegada de futbolistas de peso como Jorge García, Salcedo, Vicente Romero, Pichin o Carles Coto, entre otros. Movilla se mueve como pez en el agua en este mercado y ha tratado de compensar las carencias de la pasada campaña.

Sorprende, no obstante, el hecho de que un club como el Rayo Majadahonda, al que se puede considerar un desconocido fuera del grupo donde compite, vuelva a repetir fase de ascenso, aunque vistas las cuentas y el modelo del club no es nada inverosímil.

Un presupuesto nada modesto

Juega en las instalaciones deportivas del Cerro del Espino, donde también entrena el Atlético Madrid y donde juegan el equipo B del filial atlético y el femenino. Esto le supone a la entidad que cada año el club colchonero abone 250.000 euros por el uso de los campos de fútbol. Según explican desde el diario digital Majadahonda Magazine, el club se financia a través de estas aportaciones, la ayuda del Ayuntamiento de Majadahonda, además de algunas competiciones que organiza, la venta en la tienda oficial y, también, del dinero que saca por los derechos de formación de algunos de sus futbolistas más famosos. Esta temporada, el club ha conseguido recaudar 2.000.000 de euros por derechos de formación cuando Theo Hernández fue vendido por el Atlético de Madrid al Real Madrid. La cantera, también, se ha convertido por tanto en una fuente de ingresos para esta entidad que este año cuenta con un presupuesto de 1.663.200,00 -cerca de 300.000 euros más que lo invertido por el Cartagena- con un superávit neto de 1.820.000,00 ? gracias al traspaso del jugador antes citado.

Eso sí, su principal hándicap es la falta de aficionados. El club majariego no cuenta con más de 300 seguidores en cada partido de competición liguera, lo que minimiza el factor campo en determinados momentos en los que la grada suele jugar un papel fundamental cuando tanto se juega un equipo.