La historia se volvió a repetir. Y por desgracia para el UCAM Murcia CB el desenlace no cambió. Un ´deja vú´ que ya había cicatrizado hace unos cinco meses, y que ayer se volvió abrir. Y es que el conjunto universitario tuvo en su mano el triunfo, por segunda vez esta temporada, ante todo un Real Madrid que se dejó en Valdebebas a Felipe Reyes, Rudy Fernández, Facu Campazzo y Chasson Randle. Pero se cruzó de nuevo en su camino un Trey Thompkins que volvió a apagar la música en medio de la fiesta de la afición del equipo murciano. Una canasta del ala-pívot a falta de poco más de dos segundos para el final, en un reverso en el que las imágenes dejan claro que comete falta sobre Tumba, fue lo que dio la victoria al Madrid anoche.

Eso sí, no sin suspense, porque los colegiados detuvieron el partido durante varios minutos para revisar la acción. El cronómetro arrancó unos instantes después de que el balón estuviese en juego y eso fue lo que protestó todo el banquillo universitario, junto con la falta en ataque. Los árbitros añadieron 0.8 segundos tras revisar varias veces la jugada y pese a que el UCAM contó con la última posesión, el tiro presionado de Charlon Kloof no pudo forzar la prórroga. Un tiempo añadido al que ya se tuvo que recurrir en el partido de la primera vuelta por un triple sobre la bocina de Thompkins y que después el norteamericano acabó decidiendo ese encuentro también desde la línea de tres sobre el tiempo del añadido.

No fue el mejor partido ofensivo de los de Ibon Navarro, entrenador universitario, donde aparecieron los antiguos agujeros en ataque con malos porcentajes de lanzamiento -sobre todo desde el tiro libre (45% de acierto)-, pérdidas y pocas asistencias. Pero fue una muestra más de que el carácter de la plantilla murciana es capaz de tapar la mayoría de sus errores. No se puede explicar de otra forma, nada más que recurriendo al coraje, al esfuerzo y a la pizarra, que el UCAM consiguiera ayer 51 rebotes -con Rojas (13) y Lima (10) como máximos exponentes- ante ´torres´ como Walter Tavares, Anthony Randolph, Thompkins o Gustavo Ayón. Cierto es que no fue el mejor día tampoco para los madridistas en ataque, solo hay que mirar al 1/8 en tiros de Luka Doncic -que venía de hacer un triple doble ante el Real Betis- y del recién recuperado Sergio Llull -con un 1/7 en tiros de campo-, y por eso quizá duele más haber dejado escapar con vida de nuevo al Madrid en un Palacio entregado que agradeció a los suyos el tercer puesto conseguido en la Final Four de la Champions.

Uno de los aspectos más positivos, además del metal, que trajo el viaje a Atenas ha sido la versión más intimidadora de un Kevin Tumba que ha ganado presencia en ambas pinturas. Desde el inicio, el UCAM dejó claro que se jugaba buena parte de su billete para el play off de la Liga Endesa, y necesitará hoy una victoria del Barcelona Lassa ante el Iberostar Tenerife para mantener sus mejores combinaciones. Por eso buscó llevar el encuentro al lado físico, a un bajo marcador y a la fortaleza defensiva. Sin embargo, en el primer cuarto aparecieron las primeras sombras. Las cuatro pérdidas de Clevin Hannah en el primer cuarto, que luego resultó decisivo en el último para empatar el marcador, lastraron demasiado a los de Ibon Navarro al principio (8-15), pese a que con las rotaciones se logró apretar de nuevo el marcador (12-18). Los seis puntos en el segundo cuarto de Benite comenzaron a deslumbrar al brasileño, quien finalizó con 20 el encuentro, como el mejor desatascador del UCAM. Aunque un parcial de 0-8, con 8 puntos de Yusta a la contra, provocaron que el entrenador universitario tuviera que cortar la sangría (21-31). Sin Doncic, dolorido por un golpe en el tobillo, el equipo murciano logró reaccionar y dar otro bocado al luminoso con una canasta de Delía para cerrar una primera parte cargada de fallos en ambos aros (25-31).

Las defensas perdieron algo de protagonismo en la segunda parte y Rojas supo ´jugar´ sus cartas para buscar los fallos del inexperto Radoncic. Aunque el UCAM seguía sin encontrar la lucidez arriba, atrás no perdía la concentración bajo ningún concepto y eso le permitió seguir enganchado pese a que las faltas ya amenazaban a las rotaciones (43-47). Cinco puntos consecutivos de Hannah levantaron al graderío del Palacio y Kloof, con su velocidad a campo abierto, empató de nuevo el partido (51-51). A partir de ahí fueron poco más de cinco minutos de una intensa lucha por cada balón y Hannah, con una entrada a canasta, empató un partido que pudo cerrar Doncic desde el tiro libre. Hasta que de nuevo volvió a aparecer Thompkins (61-63).