Se avecinan turbulencias en los despachos de la Real Federación Española de Fútbol. La fase de ascenso a la categoría promete ser, una temporada más, un escenario de dimes y diretes. El protagonista esta temporada es el Deportivo de La Coruña. El equipo de Riazor consumó hace dos semanas su descenso a la Segunda División. En el entuerto está metido su filial, el Deportivo Fabril, que a falta de una jornada para la conclusión es segundo en el Grupo I de Segunda B y con opciones de alcanzar el liderato. Si los blanquiazules ganan su partido y el Rayo Majadahonda tropieza en el campo del Racing de Ferrol, serán campeones de su grupo. Sin embargo, no podrían ascender porque el primer equipo militará en Segunda División.

El club gallego manifestó su intención de disputar el play-off por si se da algún descenso administrativo que mantenga al Deportivo en Primera. La normativa de la RFEF no especifican quién tendría derecho a la plaza del Deportivo Fabril en el caso de que jueguen el play-off, ganen su eliminatoria y luego no puedan ascender a Segunda.

Por su parte, el Fuenlabrada y el Rápido de Bouzas, tercer y cuarto clasificado del grupo I han solicitado una medida cautelar a la Federación para que impidan que el Fabril dispute las eliminatorias por el ascenso. La RFEF, por su parte, aún no se ha pronunciado, pero todo apunta a que se permitirá al filial deportivista jugar el play-off.

Propuesta para Segunda B

El Consejo de Fútbol Aficionado ha aprobado una propuesta para remodelar el formato de Segunda B y Tercera División. La iniciativa se traslada ahora a la Asamblea de la RFEF. Se trata de una idea revolucionaria que dividiría la Segunda B en dos series: una compuesta por los cinco primeros clasificados de cada grupo (20 equipos) y otra formada por tres grupos con los 60 equipos restantes. La Tercera División también se dividiría en dos niveles: una serie con 6 grupos y otra con 18 grupos.