El UCAM Murcia CB es un equipo especial. Tiene un gen competitivo singular. Cuantos más obstáculos encuentra en el camino, mejores soluciones ofrece. Durante toda la temporada lo ha hecho. Nadie le puede dar por muerto aunque esté contra las cuerdas. Así lo ha hecho una y otra vez. Lo lógico ayer era que menos de 48 horas después de sufrir una traumática derrota ante el AEK Arenas, cuando aún no había tenido tiempo para lamerse las heridas ni reponerse del mazazo que supuso también la lesión de José Ángel Antelo, no tuviera capacidad de reacción. Pero no, la tuvo, se volvió a levantar para hacerse con el tercer puesto en la Champions League Basketball, un bronce histórico, con tintes épicos, tras superar al MHP Riesen Ludwigsburg alemán (74-85), el tercer clasificado de la emergente Bundesliga.

La clave del triunfo estaba, sin duda, bajo los tableros. El equipo germano, con pocos centímetros en su juego interior, con Adam Waleskowski, un ex del Obradoiro, como referente, era claramente inferior a los murcianistas pese a la ausencia obligada de Marcos Delía por los cupos, la lesión de Antelo y la imposibilidad de contar con Vítor Faverani. Kevin Tumba, el más regular del UCAM en el torneo, Augusto Lima y Ovie Soko eran los únicos recursos que tenía Ibon Navarro. Pero el técnico se encontró que a los 22 minutos de juego el hispanobrasileño quedó fuera del choque después de cometer una falta personal y protestar, innecesariamente, la misma, lo que propició su eliminación. El error de Lima, sobreexcitado, puso en jaque un partido que hasta ese momento marchaba con viento a favor. Debió tirar el técnico de Sadiel Rojas actuando como cuatro y el alero dominicano volvió a responder. Capturó 9 rebotes y sumó 18 puntos, en una serie de 3 de 5 en triples. Pero si sobresalientes estuvieron Tumba y Rojas, excelso se mostró Ovie Soko, quien un día después de ser elegido mejor ala pívot de la competición, dio un recital de intensidad. Capturó 10 rebotes y sumó 15 puntos. El jugador por el que casi nadie daba un euro hace un año, ahora se ha revalorizado para beneficio del UCAM, el club que apostó por él después de un año lesionado, tiempo en el qu estuvo más tiempo en la camilla de los fisioterapeutas que en la pista.

Clevin Hannah también reclamó su papel protagonista. El base tuvo que estar en pista más de 31 minutos. Determinante fue un triple que salió de su muñeca a 4 minutos y medio del final. Estaba el equipo murciano por entonces justo de gasolina, sin inspiración. Pero entonces dijo «aquí estoy yo» el base de Rochester, quien logró un triple con su sello, desde más de siete metros, que terminó por aniquilar al Riesen (63-71). Porque a partir de ahí el UCAM recuperó la fe que en algunos momentos corrió el peligro de perder.

Necesitaban los hombres de Ibon Navarro realizar un buen arranque de partido para eliminar de sus mentes cualquier inseguridad. Y es que los murcianistas llegaban al partido por el bronce después de tres derrotas consecutivas, dos en ACB -Joventut y Baskonia- y la sufrida en las semifinales de la Champions. Tres triples y el abrumaron dominio en el rebote (15 capturas por 5 de su rival en el primer cuarto) fueron las píldoras idóneas para lograrlo. Los universitarios entraron en el choque con un 2-7 y un Rojas acertado, que anotó dos 'bombas' (6-10). Después, tras un 12-17, un parcial de 5-1 del Riesen dejó el primer cuarto equilibrado (17-18).

Con los bases Clevin Hannah y Charlon Kloof en la pista y Urtasun actuando de tres, el UCAM marcó las primeras diferencias en el arranque del tercer cuarto (17-27). La renta llegó a sobrepasar la decena (20-31) y ni una técnica a Rojas por flopping restó intensidad a los de Ibon Navarro, que tenían bajo control el ritmo del juego. Se volvió a poner por encima de la barrera psicológica de los diez puntos (27-38) y se llegó al ecuador con 32-42 tras un triple de Soko.

Sufrió mucho el equipo murciano en el tercer cuarto, sobre todo después de ser eliminado por cinco faltas personales Lima. Quedaban entonces 18 minutos por jugarse y solo dos interiores disponibles. Un dos más uno de Rojas, que ayer apareció siempre que su equipo más lo necesitó, salvó la crisis (38-46), sumándose a la batalla Vítor Benite con un triple que volvió a poner el choque con una renta cómoda (44-54). Pero quedaba mucho y el Riesen tenía mucho que decir, ajustando un poco más el marcador al final del tercer cuarto (53-60).

El semblante de los jugadores del UCAM transmitía agotamiento. Pese a ir siempre por delante en el marcador, parecía que los alemanes terminarían por hacerse con el control por inanición de su rival. Pero eso no ocurrió aunque un triple de Evans encendió las alarmas (57-60). Sin embargo, la siguiente jugada también fue clave. Alex Urtasun dispuso de cuatro tiros libres consecutivos por una falta personal y una técnica de un rival que dieron aire (57-64). Después, recurriendo al uno contra uno, Charlon Kloof también reclamó su cuota de protagonismo mientras que Kevin Tumba, Sadiel Rojas y Ovie Soko seguían a lo suyo, sumando para un equipo del que volvió a sacar petróleo, una vez más, desde el banquillo Ibon Navarro.