El UCAM Murcia no pudo asaltar el OAKA Arena como era su deseo. Estuvo a punto, se quedó muy cerca, pero se le resistió en un partido donde la organización hizo dos guiños a la Región, haciendo sonar La Parranda en medio de una enfervorecida afición local, y bailando las animadoras un pasodoble que levantó los aplausos del público.

En las gradas, disfrutaron del ambiente el centenar de aficionados que viajaron hasta Atenas vivieron la jornada intensamente. La mayoría llegaron el jueves, pero en la mañana de ayer se unieron nuevos miembros a una hinchada que se hizo notar por las calles de una ciudad milenaria, donde cada rincón tiene una encanto especial, añejo, donde el baloncesto es especial. Las plazas Monastraki y Sintagma, con el Parlamento griego y vistas de la impresionante Acrópolis, fueron visitadas por unos seguidores que han tenido que realizar un esfuerzo económico para estar con los suyos en una cita sin precedentes. No pasaron desapercibidos, puesto que sus cánticos se escucharon y compartieron experiencias con aficionados del AEK y el Riessen Ludwigsburg. Los jugadores, por su parte, descasaron durante el día en el hotel Divani Caravel, lugar de concentración de todos los equipos. Ibon Navarro decidió no celebrar la sesión de entrenamiento que tenía prevista por el horario que fijó la organización: las ocho y media de la mañana cuando la noche anterior habían acabado a las once. El plantel solo se dejó ver durante menos de una hora en un paseo por las avenidas junto al hotel, donde por casualidad coincidieron con el presidente, José Luis Mendoza, quien acompañado por su mujer, María Dolores, tres de sus hijos, José Luis, Samuel y María, y el director de Deportes de la UCAM, Pablo Rosique, se encontraban por la zona. En el OAKA, diseñado por Calatrava y que fue escenario de los partidos de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, también estuvieron, acompañando al equipo, el presidente de la Federación Española, Jorge Garbajosa, y el de la Murciana, Juan Carlos Hernández, quienes llegaron a mediodía a la ciudad. También acudieron familiares de los jugadores y desde Vitoria se sumó otro seguidor, José Ramón Navarro, padre del entrenador del UCAM Murcia. No faltó quien comentó también las ausencias, sobre todo del Ayuntamiento, que no tuvo a ningún representante. Aunque tampoco es sorpresa porque en el Palacio de los Deportes de Murcia tampoco se dejan ver el alcalde y el concejal de Deportes.