Rafael Mir Vicente (Javalí Nuevo, 18 de mayo de 1997) está viviendo la temporada más convulsa de su corta carrera profesional. Comenzó el curso sonriendo en el Valencia Mestalla con 15 goles en una primera vuelta espectacular; vivió unas navidades difíciles por su salida del club en dirección al Wolverhampton inglés, que pagó 3 millones de euros por su traspaso pese a que solo le quedaban cinco meses de contrato; llegó a un fútbol y una cultura totalmente desconocida para él, a la que le ha costado adaptarse; y hace una semana logró con su equipo el ascenso a la Premier League. Muchos contrastes en tan poco tiempo para este joven delantero de 1,90 metros natural de Javalí Nuevo.

Mir pasó de la primavera permanente de Valencia a los largos inviernos de Wolverhampton, una ciudad en la región de West Midlands, a unos cuarenta minutos por carretera de Londes, donde apenas ha visto el sol tres días en los últimos meses. Hace solo dos semanas que pudo dejar por primera vez la gabardina en el armario desde que llegó estas navidades tras darse por hecho que iba al Real Madrid Castilla. Pero el Valencia, el club al que llegó siendo cadete procedente del Real Murcia, no quería ver a Rafa Mir vestido de blanco. Sus representantes, los mismos de Cristiano Ronaldo con Jorge Mendes a la cabeza, manejaban varios ofrecimientos, uno de ellos del histórico club inglés, con 128 años de antigüedad y que tiene al grupo empresarial chino Fosun International como propietario. Los británicos, conocidos como los 'lobos' y que están comandados por el portugés Nuno Espírito Santo, el mismo que hizo debutar a Mir en Liga de Campeones y Primera División en su etapa ché, pusieron sobre la mesa la cláusula de rescisión para hacerse con los servicios de un joven futbolista que unos meses antes se había quedado a un paso del ascenso con el Valencia Mestalla, que eliminó al Murcia en la segunda ronda del play off.

Desde que llegó a Inglaterra con un contrato por cuatro temporadas y media, Rafa Mir ha vivido las dos caras del deporte. Por un lado, hace ya dos semanas, su equipo logró el ascenso a la Premier League, pero su concurso se ha limitado a dos partidos: «Han sido unos meses muy duros, de adaptación, donde no he tenido el protagonismo que quería y venía buscando. Por eso ha sido todo muy difícil, pero también por el cambio de temperatura, de costumbres, de la comida... Además, me encontré con un equipo hecho, configurado, que iba muy bien, y yo era el nuevo. Eso fue un hándicap importante para tener minutos y jugar», explica.

Ya el verano pasado fue complicado para Mir, a quien el Valencia, debido a su negativa a renovar, le puso muchos obstáculos. «Tuvimos contactos con el Real Madrid, ellos tenían ganas de que fuera para allá, pero el Valencia tenía mis derechos y mandaba en la decisión final. Tuve que elegir un poco condicionado, porque la situación fue complicada. Me quedaban cuatro meses de contrato, pero ellos tenían los derechos y eran los que mandaba», admite el murciano, quien tenía claro que «había que apostar por una salida, y entre todas las ofertas que barajamos, pensamos que la del Wolverhampton era la mejor. Aquí hay un gran proyecto con grandísimos jugadores, no solo para subir, sino para hacer un gran papel en la Premier», dice. Hizo las maletas después de marcar 15 goles en Segunda B en 18 partidos, convirtiéndose en el máximo realizador de las tres primeras categorías del fútbol nacional: «La primera parte de la temporada fue muy, muy buena, pero después empecé a tener problemas con el contrato y la cabeza tampoco estaba bien, pero gracias a ese arranque tan bueno es por lo que estoy ahora aquí», recuerda el hijo del exjugador del Murcia y Cartagena Magín Mir Martínez. Después ya no fue todo tan sencillo. «Yo sé que dar este paso requiere de un proceso de adaptación. Sé la situación del equipo y entiendo que es complicado llegar en enero y hacerte un sitio con un plantilla hecha, que funciona y va primera. De esa forma es muy difícil conseguir tu espacio para jugar, pero después de estos meses ya he cumplido la fase de adaptación y ahora a ver qué pasa la temporada siguiente».

La presencia de Nuno Espírito Santo en el Wolverhampton fue otro de los factores que ayudaron a Mir a tomar la decisión: «Antes de fichar estuvimos hablando varias veces. Al final esa confianza de un entrenador y de un club que paga tres millones de euros por un jugador al que entonces le quedaban cuatro meses de contrato, es un gesto bastante grande de la confianza que tienen en ti».

No solo a un cambio de club y de ciudad se ha tenido que adaptar Rafa Mir, también a un estilo diferente de juego: «El inglés es otra especie de fútbol, se practica un juego muy rápido y físico, para el espectador es muy bonito. En España es más de toque y posesión, pero aquí es todo lo contrario. Pese a ello, por las cualidades que tengo, este tipo de fútbol me viene muy bien, pero al final, es como todo, tienes que asimilarlo», comenta.

Ahora llega un mes y medio de vacaciones para Mir, que pasará entre Murcia y Mallorca, donde residen sus padres. Pese a que tiene contrato, no puede garantizar que el próximo curso volverá a jugar con los 'lobos' porque «cuando se abre el mercado, nunca sabes qué va a pasar. Es difícil encontrar estabilidad en el mundo del fútbol porque a cualquier jugador le puede llegar una oferta pese a que tenga contrato», termina diciendo.