¿Cuándo empezó a hacer deporte?

Con 10 años estaba en un equipo de fútbol femenino pero tenía una amiga que hacía atletismo que un día me pidió que la acompañara a recoger un dorsal para correr la San Silvestre. Yo no sabía ni qué era eso, pero terminé apuntándome y acabé tercera. Ese día me vio un entrenador de atletismo y me animó a ir a su club.

¿Entonces dejó el fútbol?

No, unos veces iba a fútbol y otros a atletismo, pero cada día iba quedando más arriba y me convocaron para la selección de Castilla y León de cross. Ya en categoría cadete gané un Campeonato de España y con 16 años me fui a Valladolid a un centro de tecnificación deportiva. Empezaron a darme facilidades porque pillé los años en los que había dinero.

Vamos, que pilló la buena época.

Bueno, no la pillé tan buena, pero fue la época de Alberto García, Arturo Casado, quien fue mi compañero de entrenamientos, Fabián Roncero, Julio Rey o Marta Domínguez. En aquellos años le decía sí a cualquier propuesta y con 17 años me fui al CAR de Madrid.

Hacía 5.000 y 10.000, ¿pero llegó a destacar?

Sí, gané unos 17 Campeonatos de España a partir de edad cadete, pero no creo que haya nacido con dotes para el atletismo. Es cierto que este deporte me apasiona y he dejado cosas para dedicarme a ello, pero antes de empezar a ganar quedé muchas veces atrás porque encima yo destaqué tarde, con 15 o 16 años.

¿Y qué cosas ha dejado en su vida por el atletismo?

Por ejemplo, entre los 16 y los 18 años yo no salía de fiesta ni nada porque los domingos competía.

Vamos, que hasta tendría que cambiar de amigas.

Claro, pero esto es como quien oposita, que se tiene que dedicar a ello y a nada más.

¿Y cuándo comprendió que se había acabado?

Con 21 años decidí hacer un parón porque había empezado a estudiar y el primer año de carrera solo aprobé una asignatura. No podía compaginarlo todo y, además, entonces estaba en el CAR y entrenaba por la mañana y por la tarde. Aunque tenía tiempo, el esfuerzo físico era increíble. En ese momento solo veía mi mundo, que era competir, y encima sufrí muchas lesiones.

¿Tan exigente es el atletismo?

Sí, es un deporte muy duro, que te tiene que gustar mucho. Yo disfrutaba entrenando y compitiendo, por eso no lo dejaba, y también porque lo tenía todo.

¿Vivió del deporte?

Sí, desde los 16 años estuve becada por la Federación Española y hasta que me lo dejé no tuve que preocuparme por nada económicamente. Tenía manager, que era el mismo que el de Marta Domínguez, y vivía de ello.

¿Cuando se llega a esos niveles no se corre el riesgo de perder de vista la auténtica realidad de la vida?

Hay gente que sí se pierde. De hecho hay muchos que dejan el atletismo o cualquier otro deporte y que son juguetes rotos, como Yago Lamela y Jesús Rollán, que se suicidaron. Es necesario más apoyo psicológico en los centros de alto rendimiento, donde solo se ven las medallas y el rendimiento.

¿Le costó trabajo dejar el atletismo?

Bueno, justo me pilló una época un poco complicada porque sufrí una lesión que se me complicó muchísimo. Me costaba ir a entrenar y no tenía ilusión. Me tiré así un año, sin motivación, no disfrutando pese a que seguía ganando. Entonces me apetecía terminar mis estudios, porque iba por tercer curso y me quedaba casi todo primero y segundo. Me junté el último año con 28 asignaturas y al final solo me quedaron tres. Llegué a un nivel donde me exigían mucho y al final me saturé.

¿El deporte le sirve ahora para evadirse?

¿Evadirme? No, eso es huir. Me gusta el atletismo y para mí es un estilo de vida, pero ahora lo vivo de otra manera. Antes era lo primero, pero ahora corro porque me gusta, me hace sentir bien. Cada uno tiene su forma de vivir y a mí me gusta esto, pero si me dedicara exclusivamente al deporte, sería diferente.

¿Siempre tuvo el apoyo de su familia?

Sí porque veían que me gustaba. Ellos venían a verme a los campeonatos y cuando lo dejé sintieron pena porque les había hecho viajar, aunque en el fondo se alegraron porque ya veían que necesitaba un descanso. Mi madre es que incluso me gritaba en las careras diciendo que iba muy roja y que me parara porque me iba a dar algo.

¿Y por qué estudió Nutrición, para estar vinculada al mundo del deporte?

Es que la alimentación y el deporte son dos pilares que deben ir juntos, pero me gusta más ver cómo afecta la nutrición en el rendimiento y el estado de ánimo.

¿En el estado anímico afecta lo que comes?

Sí, comer de forma saludable es vital porque, además, si lo haces mal puedes generar muchas enfermedades. Falta información y educar a los niños desde el colegio, porque así ahorraríamos mucho en sanidad pública.

¿Cómo lleva el clima de Murcia una salmantina?

Para mí es una gozada, no me cuesta nada. Recuerdo que en Salamanca tenía que salir con guantes y orejeras y aun así tenía frío. Allí del frío que hace ni nieva.

Usted ganó la Carrera de la Mujer. ¿Qué le pareció la diversidad de participantes?

Me encantó porque antes no salían a la calle muchas mujeres por miedo, pero está claro que estamos evolucionando. Me gustó ver a mujeres con sus carritos y lo que hace falta es que se lo crean y compitan más.

¿Aún hacen faltas Carreras de la Mujer?

Sí porque las mujeres, históricamente, no hemos tenido muchas cosas que ahora sí que estamos teniendo. Hay que tener en cuenta que hay países donde las mujeres no pueden conducir un coche.