Desde que Raúl Moro salió corriendo de Nueva Condomina a principios del mes de diciembre, el extremeño ha mantenido un doble discurso, uno el que defiende en sus intervenciones ante los medios y otro el que pronuncia de puertas para adentro. El pasado 27 de diciembre, en su primera entrevista tras su marcha, Moro decía que había pensado en donar el club a la ciudad. El martes 13 de marzo siguió presumiendo de murcianismo, llegando a atacar a los periodistas al considerar que no querían al club. «Si Raúl Moro ha venido a poner dinero, a llevarse dinero... todo quedará demostrado en la junta del día 11. ¿Negocio? El Real Murcia es sentimiento, si usted no entiende eso, no sé qué hace aquí». Sin embargo, el discurso que viene defendiendo desde que llegase a Murcia a finales de 2016 contrasta con los movimientos que ha realizado posteriormente. Uno de ellos el que le llevó a incluir en el contrato de venta a Mauricio García de la Vega la cláusula con la que quería asegurarse las cantidades estipuladas sí o sí. De ahí, que olvidando su murcianismo y lo importante que sería para la entidad ingresar el 15% que le corresponde en el caso de que el Villarreal traspase algún día a Manu Trigueros, fuese el responsable de incluir una cláusula por la que si De la Vega no pagaba el dinero fijado, él se aseguraría de saquear las arcas de Nueva Condomina para poder llevarse un dinero que en ningún caso sería del mexicano sino que sería del Real Murcia. Después de que el mexicano ejecutase la opción de compra y al ver que tenía todas las de perder, el cacereño ha seguido demostrando que lo que más le importa es el dinero. Con su venta a Gálvez -podría ser una doble venta si se confirma que las acciones son de De la Vega-, Raúl Moro se ha asegurado 300.000 euros, que ya habría ingresado.