Al final será en Lausana, concretamente en Suiza, el lugar donde se arrojará algo de luz a la situación tan inestable que vive el Real Murcia después de que el mexicano Mauricio García de la Vega anunciara ayer a través de un comunicado que había puesto el caso directamente en manos del Tribunal de Arbitraje Deportivo, la mayor instancia de la justicia deportiva y una institución que tiene el poder y la autoridad de decir quién tiene razón en una historia que podría terminar perjudicando y afectando al plano deportivo. De esta manera, a pesar de que De la Vega ejerció el 7 de marzo una cláusula en el contrato de compraventa del club con Raúl Moro por la que pasaba a ser el dueño de la mayoría del paquete accionarial de la entidad, será el máximo organismo el encargado de revisar el famoso contrato privado entre ambas partes y decidir quién es el dueño de la entidad deportiva más importante de la Región.

En cualquier caso, la maniobra del norteamericano no termina solo en reclamar la propiedad del club, ya que en el comunicado de ayer dejó más claro que el agua que piensa tomar medidas contra los consejeros que han secuestrado el club y que, además de no permitirle la entrada a las oficinas, también despidieron a Pedro Gómez Carmona al ver que la eficacia del nuevo director de fútbol de la entidad estaba poniendo en entredicho el trabajo los responsables de algunas áreas.

Si el primer punto del comunicado era la noticia de que De la Vega había puesto el caso del Real Murcia en manos del TAS tras demandar a Raúl Moro, el segundo punto dejaba bastante claro qué personas tendrán que salir corriendo de Nueva Condomina si desde Suiza le terminan por dar la razón al empresario azteca. «A los consejeros del Real Murcia SAD involucrados en este acto, se les denunciará de manera solidaria a reparar los daños y perjuicios hacia el Club Real Murcia CF SAD, hacia mi empresa y mi imagen pública», rezaba el mismo. A pesar de no poner nombres concretos, las dos personas a las que se refiere De la Vega además del propio Raúl Moro son, por un lado Deseado Flores, quien no fue capaz de soportar que el mexicano llegara con alguien que sí entiende de fútbol para la dirección deportiva como Pedro Gómez Carmona. Por otro, se refiere obviamente a Miguel Martínez, el actual presidente y hasta hace poco también el máximo dirigente de los peñistas, una persona que ha jugado a dos bandas para tratar de no perder un hueco en el consejo y que hace tiempo que está en el ojo del huracán de muchos aficionados, ya que su decisión de apoyar a Moro y Deseado Flores ha resultado crucial para que el club esté actualmente secuestrado por ambos con el beneplácito del que ahora es el presidente accidental tras la dimisión de Raúl Moro.

El tercer punto, sin mencionarlos, está dedicado a la empresa oriolana Gálvez Brothers, que después de pagar una nómina a la plantilla y una cantidad pendiente en el recibo de la luz del estadio, también ha dejado más o menos claro que quiere su grado de autoridad en el consejo. «A cualquier empresa involucrada en desestabilizar el consejo del club, se le requerirá por la responsabilidad en la intromisión en la ejecución de contrato y el asalto al Consejo de Administración del club Real Murcia CF SAD», indicaba el texto elaborado por los abogados del mexicano.

«Quiero aclarar, que pese a las presiones, amenazas y claro juego sucio que estoy recibiendo, no pienso dejar el proyecto del Real Murcia. Muy al contrario, voy a seguir invirtiendo y trayendo más recursos al club tal y como he manifestado desde un principio, esperando además, que se solucione este asunto cuanto antes, para poder seguir dando los pasos necesarios hacia la profesionalización del Real Murcia y el asenso a Segunda División, que es nuestro principal objetivo», con el último párrafo, De la Vega dejó todavía más claro que no van a conseguir aburrirlo y que esperará hasta que el TAS dictamine quién lleva la razón en esta polémica.

Además del comunicado y dos semanas después de aparecer por sorpresa antes del partido ante el filial de Las Palmas para dar la cara ante los aficionados en la explanada de Nueva Condomina, De la Vega estuvo ayer en directo en los micrófonos del programa Ser Deportivos, para dejar algunas frases interesantes que, a diferencia de un Raúl Moro que solo habla por las redes sociales, confirman que el agente de jugadores no tiene problemas en dar la cara.

«Los documentos dicen que soy el dueño del Real Murcia y por eso se realizó un esfuerzo en el mercado de invierno cuando yo llegué al club. Sin embargo algunos consejeros trazaron un plan en el que me daban la espalda y ahora el club está cargado de incertidumbre», explicó De la Vega en un momento de la entrevista radiofónica. «No he mentido nunca desde mi llegada, dije y mantengo que vine a Murcia para hacer un negocio, no soy la Madre Teresa, pero el primer objetivo es ascender y no puedo ni acceder a mi oficina», continuó.

«No voy a criticar a nadie del consejo, pero es verdad que algunos miembros cambiaron de opinión y este asunto debe de ser mucho más serio. Soy el dueño de las acciones, pero no me dejan entrar a mi despacho y poner los cinco sentidos en el trabajo, ya que he sido víctima de un atropello». Cada palabra que dijo De la Vega, además de demostrar que no se esconde, deja claro que piensa luchar por el club sin faroles. Por eso el tema ha llegado nada más y nada menos que hasta Suiza.