Cada mes febrero desde hace veintidós años un grupo de viejos rockeros del balonmano regional, jugadores que hicieron historia en las décadas de los cincuenta, sesenta, setenta y ochenta, se reúne durante una jornada para mantener viva la llama de la amistad. Pese a que muchos eran rivales en aquellas pistas de cemento donde una caída se penalizaba con fuertes contusiones, hay algo que sigue uniendo a todos, la pasión por un deporte que ha dado grandes alegrías a España, como el Europeo conquistado por la selección hace unas semanas.

La vigésimo segunda Convención Anual del Balonmano, además, fue especial. En todas se han vivido momentos emotivos, pero en esta ocasión hubo dos personas, una ausente y otra presente, que se convirtieron en el centro de la atención. Por un lado Tomás Torres ´El Negro´, fallecido el pasado verano; y por otro, Pepe Mora, el incombustible organizador de este reencuentro anual, quien a sus 78 años mantiene la ilusión de un juvenil por volver a las caras de sus compañeros de fatigas, con los que viajaba en coches particulares a todos los campos y compartía victorias y derrotas.

La jornada se abrió con una misa en la Iglesia San Francisco Javier que fue oficiada por el párroco Pedro Carrillo, quien puso de manifiesto la ilusión que mantiene viva a este grupo de exjugadores, que ninguno se ganó la vida jugando al balonmano, un deporte donde sí dieron rienda suelta a sus inquietudes. A la misma asistió la familia del fallecido Tomás Torres, quien recibió el primer homenaje de la jornada.

Después llegó el tradicional partido. Por un lado, en el equipo rojo formado por Julián Fernández Alcaraz (portero), Bastida, Vidal, Pepe Mora, Tomás Parra, Javi Mora y Alejandro Martínez Torres, de solo 16 años de edad y nieto del fallecido ´El Negro´, quien ha seguido los pasos de su abuelo y ahora es un destacado jugador. En el otro bando estuvieron Antonio Caravaca (portero), Alfonso Ruiz, Antonio Ferrer, Antonio García, Silvestre Martínez Morote, José Luis López Corral y José Manuel Cascales Guillamón. Como árbitros, tres históricos, Ramón Romero Ayala, José Antonio Lorca y Salvador Escudero. Y como siempre ocurre en este tipo de partidos amistosos, el resultado fue de empate final (16-16). En el descanso del encuentro, el nieto de El Negro recibió una placa de recuerdo en nombre de la familia en presencia también de Daniel Santos, presidente de la Federación Murciana de Balonmano, quien se sumó al homenaje.

Los participantes celebraron posteriormente una comida en el Club Taurino de Murcia para por la noche, en el Murcia Club de Tenis, cerrar la jornada acompañados todos por su familias. En el transcurso de la misma, tras ser agasajado por la organización Antonio Caravaca, un portero que militó en varios equipos de Murcia, el resto de participantes dio una sorpresa inesperada a Pepe Mora, el eslabón para todos ellos en estos veintidós años . Una placa con la leyenda «la mejor defensa de la historia del balonmano en Murcia tiene un nombre» recibió este vecino del barrio del Carmen que volvió a demostrar que la edad no es un problema. Y para poner el colofón, las actuaciones musicales de Paco Díaz, quien interpretó a Sabina, de su mujer Pepa López, como Luz Casal, y un brillante Alfonso Avilés, quien se caracterizó del ´rey del rock´, Elvis Presley.