El pasado 15 de octubre, en un partido ante el San Fernando, el Cartagonova presentaba un nuevo aspecto. El césped había sido cambiado por primera vez en treinta años, y, aunque aquel día aún estaba por asentarse, desde entonces el conjunto albinegro había jugado sus partidos como local sobre una alfombra. Sin embargo, en las últimas fechas ha ido empeorando, y en el partido ante el Linense se vio un terreno plagado de arena.

Las temperaturas no son las más propicias, pero Cartagena y Linense tuvieron que jugar un partido que, en algunos momentos parecía de fútbol playa. Al golpear el balón, se levantaban ingentes cantidades de tierra, el esférico rodaba lento y apenas botaba. Estas condiciones influyeron en muchas jugadas del partido, que a la postre fueron decisivas. Por ejemplo, en un paradón de Pau Torres en la primera mitad, en el cual el portero catalán contó con la ayuda del verde, que frenó lo suficiente el balón para que, con una estirada espectacular, salvara el tanto del Linense.

A la conclusión del choque, el técnico del Cartagena, Alberto Monteagudo, comentó que los jardineros echaron arena durante la semana, pero aún no se ha compactado, aunque se espera que esté mucho mejor en las próximas semanas. Los jardineros tienen un mes de trabajo por delante para que se pueda jugar en óptimas condiciones en el próximo partido que albergue.

Cabe señalar que el preparador manchego ya se mostró muy disgustado la semana pasada porque el equipo entrena continuamente en césped artificial, y eso influye en las lesiones musculares de los jugadores. El técnico pidió al presidente, Paco Belmonte, entrenar en el Cartagonova con mayor frecuencia para amoldarse mejor a las características del terreno de juego. El club ha intentado entrenar en otros campos de césped natural, como el de la Hacienda del Álamo o el de Dolores de Pacheco, pero estaban en pésimas condiciones. Sin embargo, por lo visto ante el Linense, el verde del feudo albinegro tampoco está para muchas alegrías.

Durante toda la semana, el conjunto cartagenerista, junto con el ayuntamiento de la ciudad portuaria, había impulsado la Campaña de Recogida de Juguetes. Gracias a ella, cada persona que llevara un juguete recibiría una entrada gratis para acceder al partido contra el Linense. Esta promoción comenzó el pasado martes y finalizó el sábado. Durante las horas anteriores al inicio del choque todavía se podían llevar juguetes, aunque ya no se canjeaban por una entrada.

Sin embargo, tan solo 5.200 seguidores albinegros poblaron las gradas del Cartagonova. En los últimos días de puente, con el equipo líder y con unas temperaturas que no acompañan, el estadio presentó una de las entradas más flojas de toda la temporada. Los que fueron se mostraron muy disgustados durante la primera parte por la pobre imagen de su equipo, pero luego recobraron la ilusión con el tanto de Isaac Aketxe y la multitud de oportunidades del segundo tiempo.

También finalizó la Campaña de Recogida de Alimentos. Según la Federación de Peñas del FC Cartagena, se han obtenido 3.500 kilos de acomida gracias a esta iniciativa benéfica.

Con esta victoria contra el Linense, la afición despidió a su equipo en el año 2017. Ya no volverán a verse las caras en el terreno de juego hasta después de Navidad, aunque antes el Cartagena tiene un compromiso liguero el próximo domingo en Écija. Además, como iniciaron la primera vuelta jugando en casa ante el Recreativo, el primer partido de la segunda parte de la temporada también será fuera de casa. Por lo tanto, tendrán que esperar hasta el 14 de enero para ver fútbol de nuevo en la ciudad portuaria.

Ese día el Cartagena recibirá a El Ejido, y, probablemente, haya alguna cara nueva en la plantilla a la que ovacionar. Y, probablemente, el feudo albinegro viese ayer el último partido de más de un futbolista de la plantilla, porque más de uno hará las maletas y no volverá a la ciudad después de las fechas navideñas.